Oración
¡Alza tus ojos y prepárate para la batalla, guerrero! El gran mañana aguarda a todos los hijos de Dios, y la oración es la mejor arma para iniciar el combate. Si bien no todos son matutinos por naturaleza, la lucha contra el día puede ser más llevadera con la ayuda divina. ¡Prepárate para conquistar tus tareas con la fuerza y el aliento que solo Dios puede brindar! Aquí te presentamos una lista de oraciones matutinas poderosas, ideales para guerreros que se levantan temprano y buscan inspiración para conquistar el día. ¡Adelante, valiente, y que la luz divina ilumine tu camino!
Ofrecimiento del día
Os adoro, Dios mio, y os amo con todo mi corazón. Os doy gracias por haberme creado, redimido y hecho cristiano y conservado en esta noche. Os ofrezco todas las acciones de este día; haced que sean todas según vuestra santísima voluntad, para mayor honra y gloria vuestra. Preservadme del pecado y de todo mal. Vuestra gracia sea siempre conmigo y con todos los míos. Amen.
Acto de fe, esperanza y Caridad
Dios mio, creo en vos, porque sois la suma Verdad
Dios mio, espero en vos, porque sois la suma Bondad
Dios, os amo con todo mi corazón, porque sois el sumo Bien
Ofrecimiento al Corazón de Jesús
¡Divino Corazón de Jesús! Por medio del Corazón Inmaculado de María, yo me consagro a ti y contigo me ofrezco a Dios Padre en tu santo sacrificio del Altar, con todas mis oraciones y trabajos, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados, para que venga a nosotros tu Reino, especialmente por las dos intenciones confiadas este mes por el Papa al Apostolado de la Oración.
Oración a María Santísima
¡Oh, Señora mia! ¡Oh, Madre mía! Yo me ofrezo todo a vos; y en prueba de mi filial afecto os consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo vuestro, oh Madre de bondad, guardadme y defendedme como cosa y posesión vuestra.
Madre, aquí tenéis a vuestro hijo (3 veces)
En vos, Madre mia dulcísima, he puesto mi confianza y nunca jamás seré confundido. Amén
Tres Avemarías
Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesís.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Después de cada Avemaría añade esta petición:
Madre mía santísima, guardadme de vivir y morir en pecado mortal.
Oración al Ángel de la Guarda
Ángel de Dios, que eres mi custodio, ya que la soberana piedad me ha encomendado a ti, ilumina, guárdame, rígeme y gobiérname en este día. Amén.
Deprecaciones
Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía
Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía
Jesús, José y María, con vos descanse en paz el alma mía.
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