• 12/03/2025

8 cosas que no se pueden hacer en una Iglesia

Aunque espero ir a verte pronto, te escribo estas cosas por si me atraso. Así sabrás cómo comportarte en la casa de Dios, es decir, en la Iglesia del Dios viviente, columna y fundamento de la verdad. (1 Timoteo, 3, 14-15) Esta son palabras de San Pablo a Timoteo. Fijaos que el Apóstol de las gentes ya hablaba de la importancia de comportarse en la casa de Dios, es decir, en el Templo, en la Iglesia. Son muchos los lugares donde los cristianos han transformado la iglesia en un festival, andan por ella como si estuvieran en cualquier lugar profano. El hombre moderno ha perdido el sentido de lo Sagrado, el misterio de Dios. El hombre y la mujer de nuestro tiempo no es capaz de distinguir estos dos ámbitos el Profano y el Sagrado. En los lugares profanos hay unas normas de comportamiento. No puedes comportarte en tu trabajo como te comportas en tu casa, hay normas de convivencia. En el ámbito de lo Sagrado también hay normas y no podemos comportarnos de cualquier forma, es por ello que he preparado este artículo con algunas cosas que no podemos hacer en una Iglesia.

1. No se puede aplaudir.

La Iglesia no es el lugar de los aplausos. Se conserva en youtube un vídeo de San Juan XXIII, en una visita apostólica a una parroquia, cuando el Sucesor de Pedro entra en la Iglesia, todos los fieles allí reunidos empiezan a aplaudir al Papa. Cuando el Papa se sienta en su trono para hablarles les dice esto: «Estoy muy contento de haber llegado aquí. Pero debo expresar el deseo de que en la Iglesia no se grite, no se aplauda, no se salude, ni siquiera al Papa porque: Templum Dei, Templum Dei» (enlace al vídeo de Juan XXIII)

2. No vayas mal vestido.

Es importante guardar la modestia al entrar en la Iglesia, en el Templo de Dios, la Casa de Dios. No podemos ir vestidos como si fuéramos a la playa. O como si fuéramos al mercado a hacer la compra. Debemos cuidar de no llevar ropas cortas y enseñar las piernas o la espalda, procuremos ir decentemente vestidos a la Casa de Dios. En nuestros días se ha perdido el sentido de lo Sagrado, se ha perdido el sentido del Misterio, y se pretende convertir la iglesia, más que en la Casa de Dios, en mi casa, y voy a la Iglesia de cualquier forma. En algunas ocasiones me han dicho:  «En esta Iglesia no está el Sagrario, así que podemos cantar, tocar instrumentos musicales profanos…», En todas las Iglesias debería estar el Santísimo en el Sagrario, pero sino está en una capilla, o una ermita, por circunstancias diversas, no debemos olvida que esa capilla o ermita continúa siendo casa de Dios, y por tanto, suelo sagrado, y no podemos usar ese suelo para cosas profanas.

3. No pongas músicas profanas o protestantes.

Cuidado con la música que cantamos en nuestros templos, en más de una ocasión he entrado en algunas iglesias, y cuál ha sido mi sorpresa la ver, que cierta canción que cantaban se parecía a esta o aquella canción profana, naturalmente cambiándole la letra, pero te recuerda automáticamente a la canción profana. Si cogemos una canción profana y le cambiamos la letra no pasa a ser una canción apta para cantar en la Iglesia. Eso no pasa a ser música católica. También debemos vigilar porque en muchas ocasiones cantamos en nuestras misas, y en nuestros actos litúrgicos canciones protestantes, o de otras confesiones cristianas que no son la católica. Nosotros no podemos decidir de forma arbitraria que canción puede y cual no puede tocarse en el templo. El templo es el lugar de la liturgia, que es la Vida de la Iglesia, la Obra de Dios y debemos considerar que son los obispos los responsables de la liturgía, y no nosotros por tanto, son ellos los que deben decir qué canciones son las adecuadas para cantar en la Santa Misa.  Veamos que nos dice el Concilio Vaticano II sobre el tema de la música en la liturgia:

En primer lugar: La Iglesia reconoce el canto gregoriano como el propio de la liturgia romana; en igualdad de circunstancias, por tanto, hay que darle el primer lugar en las acciones litúrgicas. Los demás géneros de música sacra, y en particular la polifonía, de ninguna manera han de excluirse en la celebración de los oficios divinos, con tal que respondan al espíritu de la acción litúrgica a tenor del artículo 30. (Sacrosantum Concilium, 114)

En segundo lugar: Los textos destinados al canto sagrado deben estar de acuerdo con la doctrina católica; más aún: deben tomarse principalmente de la Sagrada Escritura y de las fuentes litúrgicas.  (Sacrosantum Concilium, 121)

4. No hablar por el celular

No usemos el celular en la Iglesia para jugar, consultar redes sociales, o hablar con alguien. En primer lugar el templo no es el lugar donde se deben hacer estas cosas, y en segundo lugar podemos molestar a las personas que están orando, o que  están haciendo lectura espiritual o preparándose para el examen de conciencia antes de confesarse. A la Iglesia se va para estar con Dios, no para estar conectados por celular con todo el mundo.

5. No te cruces de piernas.

Son pequeños detalles que debemos cuidar, el estar cruzados de piernas no es una actitud apropiada para el que esta hablando con Dios en el Templo. No podemos estar en la Iglesia como el que esta en un bar hablando con los amigos. Dios es nuestro amigo, pero por encima de todo es nuestro Dios, y debemos mostrarnos ante Él, en su Casa, de la forma más adecuada posible, pues estamos ante nuestro Hacedor, ante el Señor de Cielos y Tierra.

6. No tengas conversaciones con otras personas.

El Señor reside en su santo Templo, ¡guarde silencio toda la tierra delante de él! (Habacuc, 2, 20) No se puede ir a la Iglesia a hablar, a contar anécdotas, o historias que me han sucedido. Esto es muy típico al final de la misa. Cuando el sacerdote marcha del altar, los fieles deben quedarse en silencio para poder hacer una buena acción de gracias, por haber podido participar de la Santa Misa, y por haber podido comulgar. Recuerda que tras la comunión el Señor está dentro de ti, es el momento más sagrado del día. Por tanto, cuando el sacerdote marche del altar, si ya hemos acabado la acción de gracias, y no tenemos nada más que hacer, no podemos quedarnos a hablar con un amigo o con el vecino, salimos fuera y allí hablamos y manifestamos nuestra alegría por haber participado de la misa.

7. No se puede bailar

La Iglesia es la Casa de Dios, y está destinada a los actos litúrgicos, el baile no es una forma de alabanza católica, y por ello los libros sagrados no establecen en ningún momento que los fieles o el sacerdote deban bailar. Algunas personas argumentan que el Rey David bailaba ante el Arca de la Alianza porque allí estaba la presencia de Dios. Esto es cierto, el Rey David bailaba ante el Arca, pero nosotros no estamos ante la presencia de Dios «simplemente», estamos ante Cristo, estamos en la Casa del Padre. En el Sagrario esta Cristo real y verdaderamente, por tanto, tenemos a Dios mismo delante nuestro. Y además tampoco nos toca a nosotros determinar cuáles son las formas del culto católico. La Iglesia se encarga de esas cosas, y nosotros como hijos fieles debemos obedecer.

8. No grites

En la Iglesia no puedes entrar gritando comos si estuvieras en la Plaza de tu pueblo. Es muy importante comprender que hay lugares Sagrados y lugares Profanos y en cada uno hay que comportarse de una forma adecuada, los gritos no son una forma adecuada para estar en la Iglesia.

Y aquí tienes estos puntos que nos pueden ayudar a todos a hacer de nuestros templos unos lugares de encuentro con Dios. Una buena forma de enseñar estas cosas a tus hermanos de comunidad es enviándoselo .por correo, por whatsapp, o compartiendolo por facebook o twitter. Recordemos aquellas palabras del Evangelio, «el celo de tu casa me devora», tengamos nosotros un poco de ese celo en nuestras Iglesias, pues en nuestros templos Dios está mucho más presente, de una forma mucho más real y verdadera, de lo que podía estar en el Templo de Jerusalen en tiempos de Jesús.

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