8 errores que pueden afectar la fe católica
«Hay muchos errores en nuestro tiempo que se disfrazan de sabiduría y equilibrio, pero no son tal cosa», comienza diciendo Mons. Charles Pope en un artículo escrito para National Catholic Register.
El sacerdote elaboró una lista de ocho errores fundamentales de nuestro tiempo, ocho equivocaciones que también son reproducidos por muchos católicos y que pueden afectar la fe católica.
Según Mons. Pope se trata de una «especie de infección que se ha establecido [también en la Iglesia] y refleja el pensamiento mundano y secular, no el pensamiento piadoso y espiritual».
Ocho errores que ponen en peligro la fe católica:
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Misericordia sin referencia al arrepentimiento
Mons. Pope explica que «para muchos hoy en día, ‘misericordia’ ha llegado a significar ‘Dios está bien con lo que estoy haciendo'».
Sin embargo, el principal error de esta creencia es el anuncio de la misericordia sin referencia al arrepentimiento. El sacerdote señala que la verdadera misericordia no pasa por alto el pecado, sino que lo presupone.
El «error de misericordia sin referencia al arrepentimiento está muy extendido en la Iglesia de hoy y conduce al pecado de presunción, un pecado contra la esperanza». -
Estaurofobia
El término estaurofobia proviene de raíces griegas y se refiere al miedo a la cruz ( stauros = cruz + fobia = miedo). «Dentro de la Iglesia -explica Mons. Charles Pope-, este error surge de la reticencia de los católicos a discutir con franqueza las exigencias del discipulado».
«Muchos católicos, incluidos sacerdotes y obispos, tienen miedo cuando señalan las demandas de la cruz. Cuando el mundo protesta y dice: ‘¿Estás diciendo que aquellos que sienten atracción por el mismo sexo no pueden casarse o tener intimidad sexual, sino que deben vivir una especie de celibato?’ La respuesta honesta es: ‘Sí, eso es lo que estamos diciendo'», señala el sacerdote como ejemplo. -
Universalismo
Mons. Pope subraya que el universalismo es la creencia de que la mayoría, si no todas las personas, se salvarán al final. Esta suposición, señala, es contraria a las enseñanzas de Cristo sobre la salvación y un verdadero peligro para los fieles, ya que produce «muy poca urgencia entre los católicos para evangelizar o incluso vivir la fe ellos mismos».
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Diálogo deformado
El término «diálogo» ha llegado a significar una conversación casi interminable. Sin embargo, originalmente la palabra hacía referencia a algo más vigoroso. En el Nuevo Testamento, explica el sacerdote, «diálogo» refiere a dar testimonio y tratar de convencer a otros del Evangelio, «Hoy no está claro que la conversión sea en realidad una meta cuando muchos católicos hablan de diálogo con el mundo o con los no creyentes», sostiene Mons. Pope.
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Igualar el amor con la bondad
«La bondad es un aspecto del amor. Pero también lo es la reprensión; también lo es el castigo; como es la alabanza», señala el sacerdote. «La edad moderna, equiparando el amor con la mera bondad, dice: ‘Si realmente me amas, afirmarás, incluso celebrarás, lo que hago'», continúa.
«Pero en lugar de mantenernos firmes e insistir en que oponer el amor y la verdad es una falsa dicotomía, la mayoría de los católicos cede y muchos también llegan a creer que el amor puede reducirse a la mera bondad», insiste Mons. Pope. En consecuencia, muchos católicos han sucumbido a este error y sacrificado la verdad. -
Malinterpretar la naturaleza de la tolerancia
«La mayoría de las personas hoy en día equiparan la tolerancia con la aprobación. Por eso, cuando muchos exigen o piden ‘tolerancia’ lo que realmente exigen es aprobación», enfatiza el sacerdote. En este sentido, tolerancia significa un indiferentismo y un subjetivismo que «no reverencia apropiadamente la visión moral de Dios».
«En lugar de anunciar con alegría y celo la verdad revelada por Dios, muchos adoptan una falsa tolerancia que es indiferente a la verdad o incluso afirmar el error». -
Antropocentrismo
Esta tendencia del pensamiento moderno significa poner en el centro de la existencia al propia ser humano en lugar de a Dios. «Nunca es bueno, especialmente en la Iglesia, relegar a Dios al margen.
Esta marginación de Dios es evidente no solo en la liturgia, sino también en la vida parroquial, que a menudo está repleta de activismo enraizado en las obras de misericordia corporales, pero presta poca atención a las obras de misericordia espirituales», señala Mons. Pope. «Dios debe ser central si el hombre ha de ser verdaderamente elevado». -
Cambio de roles
«Con demasiada frecuencia los católicos tienen las cosas al revés y ponen a prueba la Palabra de Dios y las enseñanzas de la Iglesia, juzgándolas desde la perspectiva del mundo».
Mons. Pope evidencia que «es común escuchar a los católicos burlarse de las enseñanzas que desafían el pensamiento mundano u ofenden las prioridades mundanas. Muchos católicos han metido su fe en sus puntos de vista políticos, cosmovisiones, preferencias y pensamientos. Si la fe entra en conflicto con cualquiera de estas categorías mundanas, adivina cuál suele ceder».
«Todo esto equivale a un trágico cambio de roles en el que el mundo y sus nociones anulan el evangelio. Debe ser el mundo el que sea convencido por el Espíritu Santo», concluye.
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