Ataques del demonio: 3 consejos
En la vida del hombre, el demonio siempre está presente, tratando de tentarlo para que caiga en el pecado. Es por esto que el Apóstol San Pablo afirma en su carta a los Efesios que la lucha no es contra enemigos de carne y hueso, sino contra los «gobernantes del mundo de la oscuridad, contra los espíritus del mal que habitan en los lugares celestiales».
En una entrevista con el National Catholic Register, el P. Vincent Lampert, quien se desempeña como exorcista en la Arquidiócesis de Indianápolis, ofreció tres consejos para protegerse de las tentaciones del demonio, teniendo en cuenta la situación mencionada anteriormente.
El primer consejo que ofreció es que se deben hacer las “cosas básicas”. Si se es católico, es importante orar, confesarse y asistir a Misa regularmente. El sacerdote enfatizó que estas prácticas ordinarias construyen gracias y dan protección. Las personas a veces creen que deben hacer algo extraordinario, pero lo que realmente aleja al diablo son las cosas más simples y ordinarias.
El segundo consejo es que el poder está en la fe, no en los objetos. Aunque el crucifijo, las medallas, el agua bendita y otros sacramentales católicos tienen un poder de protección, lo que realmente los hace poderosos es la fe, no el objeto en sí mismo. Es importante recordar que no se deben usar estos sacramentales como amuletos para la “buena suerte”. El sacerdote hizo referencia al relato del Evangelio en el que Jesús visitó Nazaret y no pudo realizar milagros allí debido a la falta de fe de la gente. Por otro lado, hay personas que sanaron debido a su fe.
El P. Lampert recomendó como tercer consejo el pertenecer a una comunidad de fe. Debido a que el ministerio de exorcismo y liberación implica una atención pastoral especial y la necesidad de que la persona tenga fe, es esencial que permanezcan en contacto con una comunidad de fe y reciban acompañamiento durante su proceso de liberación.
En conclusión, es importante recordar que el demonio siempre está presente y tentando al hombre. Para protegerse de sus asechanzas, se deben hacer las “cosas básicas”, tener fe en lugar de confiar en objetos y estar conectados a una comunidad de fe. Siguiendo estos tres consejos, se puede fortalecer la vida espiritual y alejar al demonio.
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