Catecismo en ejemplos: Diez años después de la muerte de Cristo, sus discípulos empezaron a llamarse cristianos. Nos lo cuentan Los Hechos de los Apóstoles, 11, 25. «Bernabé y Pablo estuvieron todo un año en la iglesia de Antioquia y enseñaron a una gran muchedumbre, tanto que en Antioquia los discípulos por primera vez fueron llamados cristianos». Al principio no tenían nombre propio. Se llamaban entre si hermanos, fieles, creyentes, santos. Los judíos por burla los llamaban galileos. Y aun el mismo nombre de cristianos se lo pusieron como por mote o insulto. Este mote glorioso es el que al fin prevaleció, como que es el que mejor nos cuadra y expresa lo que somos. Desde entonces, cuando a los primeros fieles les preguntaban por su nombre o condición ante los tribunales respondían intrépidamente «Somos cristianos». De los creyentes, decía San Agustín, que «somos de Cristo y somos otros Cristos». San Ambrosio los llamaba Christi Florentes, pequeños Cristos en flor.
