Papa Francisco
El Papa Francisco ha estado haciendo movimientos importantes en la Iglesia Católica, y muchos se preguntan cómo podría influir en la elección de su sucesor. Actualmente, hay 123 cardenales electores, de los cuales el 65% fueron creados por el Papa Francisco.
Recientemente, el Papa Francisco estuvo en el hospital y, al salir, hizo un punto para mostrarse de pie y no en silla de ruedas. Con esto, envió dos mensajes importantes. En primer lugar, a pesar de su edad, todavía tiene la intención de gobernar y no permitirá que se produzca una «papá en la sombra». En segundo lugar, nadie puede decidir cómo se manejarán las liturgias.
Durante su hospitalización, el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio de Cardenales, hizo saber que los cardenales ya habían definido quiénes celebrarían las misas de las vacaciones de Pascua y que el Papa finalmente «asistiría» a estas celebraciones. Sin embargo, el Papa Francisco presidió las festividades él mismo, manteniendo la costumbre de permitir que otro celebrante en el altar realizara los ritos que su movilidad ya no le permitía.
Estas dos acciones muestran que el Papa Francisco seguirá decidiendo sobre la vida de la Iglesia, llevando adelante su proyecto de reforma que aún parece incompleto, pero también delineando el perfil del Colegio de Cardenales que tendrá que elegir a su sucesor.
Después del consistorio de agosto de 2022, había 132 cardenales electores, y el 62% de ellos habían sido creados por el Papa Francisco. Actualmente, hay 123 cardenales electores, de los cuales 81 fueron creados por el Papa Francisco, lo que representa el 65%.
Sin embargo, para fines de 2023, nueve de estos cardenales cumplirán 80 años y, por lo tanto, ya no podrán participar en ningún cónclave. Por lo tanto, habrá 114 cardenales electores, de los cuales el 68% fueron creados por Francisco.
Los rumores hablan cada vez más insistentemente de un nuevo consistorio a finales de año, al menos para aquellos cardenales con una posición que Francisco considere importante. De hecho, el Papa Francisco ha hecho cardenales a sus colaboradores directos, y habrá al menos dos prefectos de dicasterio que aún no son cardenales: el arzobispo Claudio Gugerotti, prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales, y el obispo Robert Prevost, prefecto del Dicasterio de los Obispos.
El Papa tendría así una Curia Romana con todos los jefes de departamento nombrados como cardenales. Además, el Papa Francisco también tendrá que nombrar un nuevo prefecto para el Dicasterio de la Doctrina de la Fe, un nombramiento crucial si se considera que el nuevo prefecto tendrá que lidiar con dossieres complejos como el sínodo de la Iglesia de Alemania.
A fines de enero, se había difundido el nombre del obispo Heiner Wilmer de Hildesheim, Alemania, como nuevo prefecto. Sin embargo, el nombramiento aún no se ha materializado, y no está claro si eso sucederá pronto, ni si ese será el nombre elegido por el Papa Francisco.
De cualquier manera, está claro que para fin de año, el Papa Francisco podría tener un Colegio de Cardenales modelado según sus preferencias y una Curia completamente a su imagen y semejanza. En ese momento, necesitaría llevar a cabo al menos la reforma de la Universi Dominici Gregis, la constitución apostólica que regula la sede vacante y la elección del nuevo pontífice. Promulgada por San Juan Pablo II en 1996, este documento necesita ser armonizado con la constitución apostólica Praedicate Evangelium, particularmente en lo que respecta a algunos detalles, como la certificación de la muerte del Papa.
Actualmente, la certificación corresponde al Camarlengo y al secretario de la Cámara Apostólica, pero la nueva constitución abolirá la Cámara Apostólica. Otra consideración es la posibilidad de una enmienda a la constitución, que podría otorgar más peso a los cardenales electores durante la sede vacante.
¿Por qué es importante todo esto? Porque es por medio de estas medidas que un Papa puede proyectar su visión de la Iglesia más allá de su pontificado. Cuando se considera la posibilidad de un nuevo consistorio, una redefinición de los rangos más altos de la Curia Romana y la posible reforma de la regulación de la sede vacante, es natural preguntarse: ¿Podría el Papa Francisco también tener un impacto en la elección de su sucesor?
Es posible que el Papa Francisco esté tomando medidas para asegurarse de que la Iglesia Católica continúe avanzando en la dirección que él ha marcado, incluso después de su pontificado. Al nombrar a cardenales que comparten su visión y que apoyarán su proyecto de reforma, puede influir en la elección de su sucesor, asegurándose de que la Iglesia Católica continúe avanzando hacia el futuro.
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