El confesor del Papa Francisco será creado cardenal
En un mundo en el que la velocidad y el ruido parecen dominarlo todo, es reconfortante encontrar historias como la del Padre Luis Pascual Dri, un sacerdote franciscano de 96 años que, contra todo pronóstico, será creado Cardenal en el próximo consistorio del 30 de septiembre. Su vida ha estado marcada por la misericordia y el ministerio de la escucha, dejando una profunda huella en aquellos que han tenido la bendición de conocerlo.
Fray Luis nació en Federación, Provincia de Entre Ríos, en 1927. Sin embargo, desde hace muchos años, ha dedicado su vida sacerdotal a la parroquia y Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Nueva Pompeya, en la Ciudad de Buenos Aires, donde ha sido un confesor incansable, brindando consuelo y perdón a quienes lo necesitan.
La noticia de su nombramiento como Cardenal fue una sorpresa para él, quien inicialmente pensó que se trataba de una broma. Pero pronto corroboró la información y la emoción lo embargó al ver su nombre en la lista de nuevos Cardenales. Una vida de servicio y entrega a Dios estaba siendo reconocida por la Iglesia.
El Papa Francisco ha sido un importante referente para el Padre Luis, quien recuerda con cariño cómo en sus tiempos como Arzobispo de Buenos Aires y Cardenal Primado de Argentina, el Santo Padre siempre lo atendía con una sonrisa y sabiduría, resolviendo sus dudas y dificultades en el ministerio de la confesión.
La confesión ha sido el centro de su vida sacerdotal, y él considera que al perdonar, Jesús llega al corazón de la persona. El Padre Luis ha aprendido del Padre Pío de Pietrelcina la importancia de la misericordia y el perdón. En un encuentro con el santo, pudo experimentar el dolor y amor de Dios que emanaba de él. El Padre Pío le enseñó que solo el perdón puede salvar al mundo.
La vocación al ministerio de la escucha es un legado que el Padre Luis Pascual Dri nos deja. En un mundo lleno de ruido y enfrentamientos, él nos invita a dialogar y escucharnos los unos a los otros con cariño y amor. El silencio nos permite comprender la verdad del otro y unirnos como hermanos.
El nombramiento del Padre Luis como Cardenal es un reconocimiento a una vida de entrega y servicio a Dios y a su pueblo. Su ejemplo de misericordia y vocación al servicio es una luz en medio de la oscuridad del mundo actual. Que su vida nos inspire a vivir con mayor amor y compasión hacia nuestros hermanos, y que aprendamos a vivir el ministerio de la escucha, como él nos enseña. Confiemos en que Dios tiene la última palabra y que, siguiendo el ejemplo del Padre Luis, podremos ser instrumentos de su paz y amor en el mundo.
Fuente: AciPrensa
