Dios obrará milagros en tu vida si tienes fe
Imagínate envuelto en un tapiz celestial, donde las hebras doradas de la fe y la confianza están tejidas con cuidado en su diseño. Cada punto, cada trama, es una promesa de Dios, una promesa de amor y alegría que espera ser descubierta por aquellos que confían en su palabra vivificante como un niño en los brazos de su padre.
Esa confianza, esa fe inamovible, se cultiva en los jardines de la oración, en esas conversaciones diarias y profundas que tienes con el Creador. Cada palabra compartida, cada pensamiento expresado, fortalece tu vínculo con Él, creando un hilo irrompible de fe y confianza.
Debes mantener viva esa relación con Dios, alimentándola con la oración constante. Pero, ¿sabías que este acto sagrado de devoción es una espina para el enemigo? Las oraciones son las llaves que desbloquean los milagros de Dios, y el adversario oscuro trabajará incansablemente para alejarte de ellas.
Por desgracia, nuestra propia naturaleza humana, aunque se siente atraída hacia el amor divino, a menudo encuentra resistencia al acto de orar. No siempre sentimos un deseo ardiente desde las profundidades de nuestro corazón para entablar este dialogo divino. Por lo tanto, es esencial que cultives una disciplina constante y renovada.
La oración
La oración es un enigma glorioso, un regalo otorgado por Dios para que podamos entablar una conversación con Él. Él escucha, Él responde, Él está presente en cada palabra pronunciada en amor y fe. Así que, no descuides esta asombrosa herramienta, pues tiene el poder de transformar corazones, incluyendo el tuyo.
Habita la existencia con júbilo, esperanza y tranquilidad, no con lamentos ni melancolías. Si logras acostumbrarte a descubrir una chispa de luz incluso en las más densas penumbras, encontrarás que la adversidad se convierte en un trampolín hacia tu superación.
Bendiciones
Enfréntate a los retos y comienza a contar las bendiciones que Dios, en su inmensa misericordia, ha dispersado en tu camino. ¡Confía en su omnipotencia! No dilapides tus energías en preocupaciones vanas, utilízalas más bien para abrazar con convicción todo lo que Dios despliega en tu vida. Toma en cuenta las palabras del primer Papa:
«Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque Él cuida de ustedes». (1 Pedro 5,7).
Levanta el ánimo, pues Dios tiene el poder para disipar todas tus tristezas
Dios puede abrirte puertas hacia nuevos horizontes, llenos de maravillas y milagros. Él siempre tiene la última palabra en cada situación intrincada. Deposita tu confianza en Dios y Él te colmará de milagros en tu favor.
Pierde el miedo
No dejes que el temor amplifique tus problemas hasta convertirlos en gigantes inabordables. Afróntalos con fe y con una visión positiva, porque Dios te provee de la fortaleza necesaria para alzarte victorioso. ¡Levanta el espíritu!
«Confíen en Dios constantemente, ustedes, que son su pueblo; desahoguen en Él su corazón, porque Dios es nuestro refugio». (Salmo 62,9).
Cree, desde este instante y siempre, que Dios, tu constante y fiel compañero, nunca te dejará desamparado. Dios despliega milagros asombrosos a tu favor cuando tu fe se mantiene firme y la esperanza de un futuro glorioso ilumina tu camino.
La Madre Teresa de Calcuta: Vivimos de los milagros cotidianos
La Madre Teresa decía: “Cada día, que Dios obra para nosotros verdaderos milagros, los realizamos concretamente. Si no fuera por estos prodigios ‘cotidianos’, no podríamos ir más allá, no podríamos hacer nada”.
Si tenemos fe, como la Madre Teresa de Calcuta, veremos los milagros que a diario Dios obra en nuestra vida. La falta de fe, la falta de una vida de oración, el miedo y la desconfianza en Dios, ciegan nuestros ojos y nos impiden ver todo lo que Dios hace a diario en nuestra vida. El demonio quiere que seamos unos ciegos espirituales que no ven la mano de Dios obrar.
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