• 18/12/2024

El demonio odia la Santa Misa

El demonio odia la Santa Misa y desea acabar con ella:

Así es, no hay nada que odie más el demonio que la santa Misa. San Marcelino Champagnat nos dice: Para el demonio no hay ejercicio de piedad más temible que la Santa Misa, ya que este Santo Sacrificio aniquila todas las fuerzas del infierno y es la fuente de todos los bienes para el hombre. ¡Oh riquezas incalculables del Santo Sacrificio de la Santa Misa!


Los demonios odian la Santa Misa y aplican gran parte de sus esfuerzos en intentar que dejemos de ir a Misa, y que si vamos, nos distraigamos con mil cosas, antes de tener nuestra mente y corazón en el Santo Sacrificio del Altar. Es muy elocuente el caso de Santa Teresa De Jesús, mística española de Ávila, conocida por todos nosotros, venerada como Doctora de la Iglesia, que en una ocasión vio a un sacerdote siendo atacado por demonios mientras celebraba la Misa. La santa relata: «Con los ojos del alma vi a dos demonios de aspecto repugnante que parecían tener sus cuernos alrededor del cuello de un sacerdote mientras él celebra la Misa». El testimonio de esta gran santa nos muestra a los demonios molestando al sacerdote en el momento de la misa, como haciendo una burla de tan sublime sacramento.

Este odio a la Misa, a la Eucaristía, lleva a los demonios y a sus secuaces, a buscar todos los medios posibles para profanar este augusto sacramento. Para entender este odio debemos saber, como nos recuerda Fray Juan González Arintero, que «Todo lo que pasó en el Calvario, se repite constantemente sobre el altar. El altar es todos los días el monte del dolor, de la sangre, del sacrificio y de la redención. Por aquí se ve con qué amor y reverencia debemos asistir al Santo Sacrificio, donde se perpetúa la obra de nuestra reparación, y con qué afectos debemos allí asociarnos al Salvador para que su Sangre resulte provechosa para nosotros y para todos».

Testimonio de la lectura de este libro que anunciamos del Padre Pío:

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Esta es la razón del gran odio de Satán a la Misa, pues en ella se perpetúa la obra de nuestra reparación, de nuestra Salvación. La Misa es la actualización del Sacrificio de Cristo en la Cruz, y por tanto, es la actualización del fracaso del demonio por lograr la condenación de la humanidad entera. La Santa Misa es la actualización del amor de Dios en cada altar, de cada iglesia, parroquia o santuario. La Santa Misa es el «Te quiero» de Dios al hombre, repetido miles de veces de Oriente a Occidente todos los días. Cada Santa Misa recuerda al Demonio lo que él nunca tendrá, lo que él nunca podrá conseguir, la Salvación, y este odio lleva al demonio a intentar alejar a las almas de la Misa.

El demonio odia la Santa Misa:

Y como odia la misa, odia al sacerdote, pues el sacerdote, cuando celebra el Santo Sacrificio de la Misa, es figura de aquél en cuyo nombre habla, Jesucristo, que se ofrece por nosotros. Deber ser ministro consciente de la grandeza de sus funciones, y unirse más y más, con alma y corazón, al Sacerdote principal que es también la víctima sagrada. El sacerdote hace las veces de Cristo al celebrar la Santa Misa, por eso el demonio odia profundamente a estos ministros, y se alegra grandemente cuando uno de ellos peca, o cuando incluso, logra que se condene.


El demonio odia la Misa, porque el demonio odia a Dios. El demonio odia la Misa porque en ella se esconden los tesoros de la Salvación del hombre. El demonio odia la Misa, porque en ella, Cristo se hace presente bajo las especies del pan y del vino. No como si fuera algo simbólico, sino que el pan de la Misa y el vino del altar después de la consagración, no son mero símbolo de la presencia de Cristo, sino que son el mismo Cristo. El demonio odia a la Misa, porque la comunidad cristiana se une para celebrar su salvación, la comunidad cristiana fortalece sus vínculos con la Sangre del Cordero, y una Iglesia que se ama, una iglesia unida en el altar, resulta más difícil de vencer para el Maligno. En resumen, el demonio odia a la misa porque la misa representa y es todo lo que él desprecia y odia.


Pero profundicemos un poco más en el significado de la Santa Misa, de la cual dijo San Leonardo de Port Maurice: «Yo creo que si no existiera la Misa, el mundo ya se hubiera hundido en el abismo, por el peso de su iniquidad. La Misa es el soporte poderoso que lo sostiene». Los santos se dan cuenta del gran valor de la Misa, porque en la santa Misa Dios Padre envía a su Hijo a la tierra para nuestra salvación, y por obediencia a su Padre y por amor a nosotros, Jesucristo se humilla hasta ocultarse bajo las especies del pan y del vino, y el Espíritu Santo convierte el pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo. La Misa es la obra de la Trinidad, de Dios mismo, por eso podemos entender un poco más el gran odio del demonio a la Misa, puesto que el demonio odia la obra de Dios, y la Misa es la obra de la Trinidad misma por excelencia, más sublime que toda la creación.


San Lorenzo Justiniano decía: «Nunca lengua humana pudo enumerar los favores que se correlacionan al Sacrificio de la Misa. El pecador se reconcilia con Dios; el hombre justo se hace aún más recto; los pecados son borrados, los vicios eliminados; la virtud y el mérito crecen, y las estratagemas del demonio son frustradas». Este santo nos da mucha luz para comprender el valor de la Misa, y para comprender porque el demonio desea acabar con ella, pues la Misa es escuela de santidad, la Misa es espejo para el santo, en el que mirarse, porque en ella ve a Cristo mismo sacrificándose por nosotros, en obediencia al Padre, pero es que además como nos dice este gran santo, la Santa Misa acaba con las estrategias del demonio para la condenación del alma del hombre.


Un católico arraigado a la Misa, es un católico arraigado al cielo; un católico que vive de la Misa, es un católico encaminado a la salvación. Un católico devoto del Sacrificio del Altar es un católico blindado por Dios ante los peligros que ofrece a su alma el demonio. Por todo esto dice San Pío de Pietrelcina que: «Sería más fácil que el mundo sobreviviera sin el sol, que sin la Santa Misa».


Es bueno que escuchemos también las enseñanzas de nuestra madre la Iglesia, la cual declaró en el Concilio de Trento que si alguno oyere devotamente la Santa Misa, alcanzará grandes auxilios para no caer en pecado mortal, y se le perdonarán sus defectos y pecados veniales e imperfecciones. La Misa alcanza para el católico grandes auxilios para no caer en pecado mortal. Recordemos que el pecado mortal, es una desobediencia en materia grave a la ley de Dios. Y que aquellos que mueren en pecado mortal no pueden entrar en la gloria del cielo, y se condenan al infierno, el pecado mortal en el hombre es el sueño de Satán. Lograr que el hombre peque es el sueño más complaciente del maligno. Porque una persona que vive de ordinario en pecado es una persona que camina por la senda que va a la condenación y lo hace por su propia voluntad. Pero Dios desea nuestra salvación, y por eso nos ha regalado la Santa Misa, porque quiere que tengamos el alimento del alma que necesitamos para poder vencer el pecado mortal, y podamos acercarnos a la salvación. El demonio te quiere débil, por eso no quiere que asistas a misa, el demonio te quiero en pecado mortal, por eso va a procurar que poco a poco te alejes del sacrificio de la Misa. Y si no vas a Misa, el demonio va a jugar con tu imaginación, y te va a dar falsas razones para que sigas sin ir, porque sabe que de esta forma, estas camino del infierno.

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La Iglesia que conoce la gran importancia de la Misa para la salvación del hombre, la Iglesia que sabe que es necesaria la Misa para que el hombre viva en gracia, obliga, con amor de Madre y Padre, a los fieles católicos a asistir a ella, por lo menos una vez a la semana, los domingos, y los días de precepto. La Iglesia no nos manda cosas para fastidiarnos, nos manda esto, bajo pena de pecado, porque sabe los muchos frutos que podemos obtener en la Misa, porque la Iglesia lo que desea, con Cristo, es que seas santo, y la piedra fundamental para la santidad es la Santa Misa. Católico que estás viendo este vídeo, sigue  adelante en tu Misa, si puedes ves cada día, y tu vida cambiará si participas en ella con amor y devoción.

Muchas gracias por tu atención y por haber visto este vídeo hasta el final, solo me queda pedirte que ores por el sueño de Tekton, el Hogar de San José. Estamos intentando abrir este hogar, que pretende ser un hogar de misericordia, para ayudar a las personas necesitadas, un hogar para acoger a los pobres y darle los medios para encontrar un trabajo, una estabilidad. Pero además que el paso por este hogar signifique un encuentro con Cristo, un acercamiento a la vida de la gracia de Dios. Por todo ello, te pedimos oraciones para que este hogar sea una realidad, y te pedimos que entres en nuestra web web.tekton.info, y te informes de este hogar y si puedes ayudarnos, no solo con tus oraciones, qué es lo más importante, sino también con tu donativo. Muchas gracias y que Dios te bendiga.

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