• 22/01/2025

El Detente del Sagrado Corazón de Jesús

corazon de jesus

 

Quizás en algún momento de tu vida has llegado a ver esta imagen colgada en la puerta de un hogar o has visto que alguno de tus amigos, familiares o conocidos la llevan consigo, quienes la conocen la llevan como algo muy preciado, la portan muy celosamente.

Por qué? Qué significa?

Es un “sacramental”, cita el numeral 1677 de nuestro catecismo qué se llaman sacramentales los signos sagrados instituidos por la iglesia cuyo fin es preparar a los hombres para recibir el fruto de los sacramentos y santificar las diversas circunstancias de la vida.

 

 

Nos preguntaremos por qué nuestra Iglesia Católica decidió instituir el detente del Sagrado Corazón de Jesús como un sacramental?,  Esta práctica piadosa tiene sus orígenes comenzando por Santa Margarita María Alacoque religiosa del Monasterio de la Visitación de Santa María en Paray Le Monial, Francia, ella es la santa quién comenzó a promover la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, por mandato de Él mismo, por medio de 4 revelaciones dadas del año 1673 – 1675.

En una de estas revelaciones nos relata la santa: «se me presentó este divino Corazón como en un trono de llamas, más brillante que un sol y transparente como un cristal. Estaba rodeado de una corona de espinas, simbolizando las heridas hechas por nuestros pecados, y con una cruz qué significaba que desde el primer instante de su Encarnación, es decir, desde el primer momento en que fue formado este Sagrado Corazón, la cruz estuvo plantada en Él». Y por medio de estas revelaciones también hace sus promesas a quienes propaguen está devoción y veneren su Sagrado Corazón.

Recordemos que en esos años la situación que se vivía en Francia en cuanto a religión era muy dramática ya que habían fuertes tendencias de herejías, y viendo la frialdad que ya se vivía en esos momentos Nuestro Señor toma a esta religiosa para recordar al mundo el amor ardiente que nos tiene a nosotros, no debemos olvidar que la iglesia siempre ha sido muy cuidadosa de las revelaciones privadas, y una de las cosas que cuida es que el mensaje tenga que ver con la Revelación Pública que nuestro Señor nos vino a anunciar, recordemos el Evangelio de San Juan “Miraran al que traspasaron”, cuando el soldado Longinos traspasa el costado de Nuestro Salvador brotan Sangre y agua que son símbolo del Bautismo y la Eucaristía, es por medio de su Corazón traspasado que nos regala un sinfín de gracias, y así como nos muestra también su amor total por nosotros, es por ello que toma este símbolo de su Sagrado Corazón, y Él mismo le dijo a Santa Margarita «Mi Corazón está tan apasionado de amor por los hombres… que no pudiendo ya contener en sí mismo las llamas de su ardiente caridad, le es preciso comunicarlas por tu medio…» y también le dijo: «Deseo ardientemente ser amado y conocido».

Nuestro Señor nunca se deja ganar en amor Él desea ardientemente ser amado y conocido pero mayores son las gracias que recibimos al amarle y entregarnos a Él, mayores gracias recibimos si ponemos nuestra confianza total en Él, de aquí su constante insistencia: “no tengan miedo”, quien es el amor nos lo dice tantas veces que no hay a que temer, pues si es el mismo Dios encarnado regalándonos una vez más su presencia, su mensaje de salvación, y se vale ahora por este símbolo de amor, su Sagrado Corazón para recordarnoslo.

Santa Margarita no dejaba de insistir a sus hermanas y a todos cuanto podía que llevarán consigo esta imagen. Bueno pues pasado el tiempo y ya más avanzada está devoción, en el año de 1720 sor Ana Magdalena Remuzat, también religiosa de la Visitación, preocupada por la peste que se desencadenó en Marsella, Francia a consecuencia de la guerra, le da la forma final que ahora tiene y difundió esta imagen por toda la ciudad en donde se le dio el nombre de “Salvaguardia o detente ” ya que realmente lo fue para millares de personas que lo usaron.

Pero es solo el inicio de esta devoción y de esta práctica piadosa, de llevar la imagen del Sagrado Corazón con nosotros, más de un siglo después en el año de 1870, una señora romana le preguntó al Papa Pío IX su parecer acerca del ahora conocido “detente” el Papa respondió las siguientes palabras: “Doy mi bendición a este corazón y quiero que todos (los Detentes) se hagan conforme a este modelo, reciban esta misma bendición sin que tengan necesidad de ninguna otra.”

Además también concedió indulgencias a todos lo que lo lleven y recen un Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

El mismo Papa Pío IX dictó la siguiente oración:

Ábreme oh buen Jesús,

las puertas de tu Sagrado Corazón,

Úneme a Él para siempre.

Que todas las respiraciones y palpitaciones de mi pobre corazón aún

cuando esté durmiendo, te sirvan de

testimonio de mi amor y te digan sin

cesar: Señor, te amo.

Recibe el poco bien que yo hago,

y dame tu santa gracia para reparar

todo el mal que he hecho.

Para que te ame en el tiempo y te alabe

por toda la eternidad, Amén.

Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

El detente significa: Detente satanás, tentación, pasión, peligro, tristeza, infierno… que el Corazón de Jesús, mi Dios, mi Redentor, mi amor, mi esperanza, mi todo… está conmigo.

Es muy importante que tengamos en cuenta toda esta historia, la autorización de la iglesia y bendición que con ella lleva, lo más importante que fue el mismo Jesucristo quien pidió que la lleváramos, pero sobre todo que hemos de verlo desde la fe, recuerden que nuestro Señor es donde hace milagros en nosotros en nuestra fe, por eso si nos damos cuenta que estamos flaqueando en ella, pidámosla al Señor Él obrará en nosotros, incluso podemos dársela a alguien que no cree en este sacramental y sería como orar por ella, porque desde tu fe, el Señor actuará en ella, hemos de ser perseverantes en la fe, en la confianza, porque recordemos también que la falta de ella siempre fue algo que dulcemente nos señalaba Nuestro Salvador, incluso a sus mismos discípulos, porque si nos falta fe Él no puede realizar milagros en nosotros, no puede actuar en nosotros, pero sí hemos visto como a través de la fe de los demás también realiza maravillas en otros.

Pues ahora que conocemos un poquito más la historia del detente, no dudemos de llevarla siempre con nosotros y regalarla a nuestros seres más queridos y por qué no a nuestros enemigos como dice nuestro Señor: “Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan.”

Y no lo olvides ante cualquier adversidad: Detente enemigo! El Corazón de Jesús está conmigo.

Artículo escrito por: Leticia Martínez, Guardia de Honor del Sagrado Corazón. San Luís de Potosí, Mexico.

 

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