El fin del mundo y lo que un católico debe saber
Queridos hermanos católicos, hay quienes gustan de infundir miedo en los corazones de la comunidad, hablando del fin del mundo como si fuera una inminente destrucción de cielos y tierra. Pero el mensaje de Jesucristo no es de miedo, sino de amor, solidaridad y esperanza. En este artículo, hablaremos del «fin de los tiempos», un misterio de esperanza que se encuentra en el corazón de Dios y está guiando la historia humana hacia un «nuevo cielo y una nueva tierra».
En primer lugar, es importante destacar que la Biblia nunca habla del «fin del mundo», sino del «fin de los tiempos». La idea es que este mundo no acabará completamente, sino que será transformado en un «cielo nuevo y una tierra nueva» gracias a la Resurrección de Jesucristo. También se mencionan expresiones como el «fin del tiempo», el «día de Yavé», el «día del Juicio», «la Venida de Cristo», «la resurrección final», «la Parusía» y «la llegada del Reino de Dios», que indican este «fin del tiempo».
En cuanto a cuándo sucederá esto, Jesús no quiso dar una fecha precisa, ya que solo el Padre lo sabe. El mensaje de la Biblia es que debemos estar preparados, porque este día vendrá como un ladrón en la noche. Por lo tanto, es importante no caer en la tendencia humana de fijar una fecha y hora específicas para el fin del mundo, ya que esto es una mentira y un engaño. En vez de eso, debemos estar preparados y vivir de acuerdo con los valores cristianos.
En algunas partes de la Biblia se habla de la pronta venida de Cristo, mientras que en otras se anuncia un tiempo de espera. Parece que los cristianos de la primera generación esperaban con ansias la venida de Cristo, pero luego se dieron cuenta de que la historia podría durar mucho más tiempo. En cualquier caso, antes de la venida de Cristo deben ocurrir tres cosas: el anuncio del Evangelio en todas las naciones, la reconciliación de Israel con Cristo y la apostasía general, con la llegada del Anticristo.
La Biblia habla en forma confusa de cómo se terminará la historia. Por ejemplo, en el Antiguo Testamento los profetas veían a todas las naciones de la tierra unidas en un complot para destruir la ciudad santa de Jerusalén. En el Nuevo Testamento, Jesús habla de guerras y grandes angustias en todo el mundo, y se mencionan monstruos, la gran batalla en el cielo, Babilonia la grande y los ídolos abominables de todo el mundo en el libro del Apocalipsis. Estos escritos apocalípticos no son para dar miedo, sino para animarnos y exhortarnos a la fidelidad y la confianza en Dios en momentos difíciles.
En conclusión, el fin del mundo no debe ser un tema que nos asuste o nos cause temor. La Biblia nos habla del fin de los tiempos como un misterio de esperanza y no de miedo. La venida de Cristo será un momento de alegría y de triunfo para los fieles, y no debemos preocuparnos por saber cuándo o cómo será. Lo importante es estar siempre preparados, viviendo conforme al Evangelio y siendo fieles a Cristo en todo momento.
No caigamos en las trampas de aquellos que intentan fijar una fecha o un momento específico para el fin del mundo. Jesús nos advierte que nadie sabe la fecha ni la hora, y que debemos estar siempre preparados. En vez de preocuparnos por el fin del mundo, centrémonos en vivir en plenitud el presente, amando a Dios y a nuestros hermanos.
Por último, recordemos que la venida de Cristo no es solo un evento futuro, sino que también es una realidad presente en nuestra vida. A través de su Palabra, su amor y su muerte, Cristo ya ha inaugurado el Reino de Dios en la tierra. Debemos vivir en coherencia con este Reino, trabajando por la justicia, la paz y la fraternidad entre todos los seres humanos.
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