• 18/12/2024

El martirio de San Esteban y la conversión de San Pablo

1. Martirio de San Esteban

El diácono Esteban fue acusado ante el Sanedrín de hablar contra Moises y su Ley, contra Dios y el templo. Esteban demostró la falsedad de la denuncia y acusó al Sanedrín de haber rechazado y dado muerte a Jesús, el hijo de Dios. Los judíos estallaron de furor y odio y se apoderaron del valiente diácono y sacándolo a empujones fuera de la ciudad, le apedrearon como blasfemo. Esteban oraba, diciendo: «Señor, no les tengas en cuenta este pecado. Señor, recibe mi espíritu». Fue el primer mártir de la Iglesia, por eso Esteban es conocido como el Protomartir. A su martirio asistió un joven llamado Saulo. La muerte de Esteban fue la señal de una persecución general contra la Iglesia. El Sanedrín quiere destruir la Iglesia fundada por Cristo.
2. Las primeras conversiones al Cristianismo
Después del martirio de San Esteban, muchos fieles de la Iglesia se dispersaron por Judea, Samaria, Fenicia, Chipre y Antioquia y predicaron el evangelio a los gentiles. El diácono Felipe predicó con tanto fervor en Samaria que muchos pidieron el Bautismo. Y, en una ocasión que se dirigía Gaza, convirtió y bautizó al ministro de la reina Candaces, de Etiopia. Inspirado por una visión misteriosa, San Pedro se dirigió a Cesarea, a la casa del Centurión Cornelio. Este gentil, que también había recibido una inspiración divina, pidió a San Pedro que le bautizara a él y a toda su familia. Pero fue en Antioquia de Siria donde se formó la primera comunidad de fieles estables y bien organizada, fundada por los fieles que habían huido de Jerusalén; aunque en su mayoría procedían del gentilismo. Precisamente es en Antioquia cuando comienza a ser llamados cristianos los discípulos de Jesús. San Pedro confirmó en la fe a los cristianos gentiles de Antioquia y explicó a los cristianos judíos el gran acontecimiento de la Iglesia naciente. Entonces los cristianos de Jerusalén «se tranquilizaron y glorificaron a Dios diciendo: También a los gentiles les ha concedido Dios la conversión que lleva a la vida»
3. Saulo enemigo de los cristianos
La primera noticia que tenemos de San Pablo es que él fue el joven que guardaba las capas de los que martirizaron a San Esteban. Nació en Tarso de Cilicia, judío de la tribu de Benjamin y fariseo. Como ciudadano romano, poseía una formación cultural completa. Ferviente judío, odiaba fanáticamente a los discípulos de Cristo y los perseguía a muerte. En una ocasión consiguió permiso para destrozar la joven comunidad cristiana de Damasco. Por el camino se sintió repentinamente cegado por una luz celestial que le derribó al suelo. En ese instante oyó una voz que le decía: «Saulo, Saulo ¿por qué me persigues?», él respondió: «¿Quien eres, Señor?» y la voz le contestó: «Yo soy Jesús, a quien tu persigues. Levántate, entra en la ciudad y se te dirá lo que tienes que hacer»
4. Conversión de San Pablo.
Saulo, ciego, fue llevado por expreso mandato del Señor ante el jefe de la comunidad de Damasco, llamado Ananías, que le dijo, imponiéndole las manos: «Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo». Al punto se le cayeron de los ojos como unas escamas y recobró la vista levantándose, fue bautizado. Paso unos días con los discípulos de Damasco. Saulo se retiró al desierto de Arabia durante tres años para prepararse bien para la gran obra a la que había sido llamado: la conversión de los gentiles.
5. San Pablo anuncia el Evangelio a los judíos.
San Pablo empezó a predicar en su ciudad natal, Tarso. Decía a todos que Jesús es el Hijo de Dios. Y cuantos le oían, quedaban fuera de si, diciendo: «¿No es éste el que en Jerusalén perseguía a cuantos invocaban el nombre de Jesús?» Más tarde volvió a predicar a Damasco y dejaba sin respuesta a los judíos a quienes demostraba que Jesús era el Mesías. Por eso, los judíos resolvieron matarle. Dia y noche vigilaban las puertas de la ciudad para darle muerte. Los cristianos de Damasco, avisaron a Pablo una noche para que huyera de la ciudad, y lo bajaron por la muralla, atado con cuerdas. Huyendo llego hasta Jerusalén, pero no todos los cristianos creyeron que se había convertido de verdad, hasta que Bernabé lo llevó hasta los Apóstoles.
La conversión de San Pablo nos enseña que también nosotros hemos de cambiar totalmente de vida, viviendo intrépidamente nuestra fe, dando testimonio cristiano en todos los ambientes donde desarrollamos nuestras actividades.