• 12/12/2024

El rezo de la Corona franciscana – Envío Gratis

¿Conoces la Corona Franciscana?

La Corona Franciscana es un rezo que alegra el corazón de la Virgen María y te vamos a contar porque. Esta corona es conocida también por el nombre de corona de las 7 alegrías de María.

La corona franciscana a diferencia del Santo Rosario, está compuesta por 7 decenas, distribuidas en 7 diferentes misterios donde se contemplan los momentos más alegres de la Virgen María.

 

 En el año 1422 se dice que empezó la devoción a esta corona franciscana. Un joven ingresó a la Orden franciscana, era muy piadoso y solía demostrar su devoción hacia la Virgen María realizando una corona con rosas frescas para colocarla sobre una estatua de la Santísima Virgen. Cuando ingresó a la Orden se le prohibió esta devoción y por ello, quiso dejar la Orden, pero en una visión de la Virgen, ésta le indica que no deje la Orden, ni se entristezca por no poder continuar con su devoción, le pide que, en lugar de la corona de flores frescas, que se marchitan y a veces no se consiguen, le coloque una espiritual, siempre fresca y más apreciada por ella: La realizada con flores creadas rezando y meditando las siete alegrías que ella vivió en la tierra, el novicio comenzó esta devoción y, estando en oración, el Maestro de Novicios tuvo una visión: la de un ángel que iba tejiendo una corona de rosas, a medida que el novicio rezaba, y después de cada decena de rosas, insertaba un lirio dorado, al terminar de rezar el novicio, el ángel colocó la corona sobre la cabeza del novicio orante. Estaba tan maravillado el Maestro de Novicios que le preguntó sobre el significado de la visión que había tenido, y al oír la explicación, lo contó a todos los hermanos, y pronto se difundió esta devoción a toda la Familia Franciscana.
Esta devoción está favorecida con muchas indulgencias concedidas por los Papas, son ganadas por los Franciscanos y los fieles que recen esta Corona Franciscana.

Como rezar la Corona Franciscana:

Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, en quien creo, en quien espero, a quien amo y estimo más que mi vida, solo por ser Vos quien sois me pesa de baberos ofendido, y propongo morir antes que volver a pecar, ayudado de vuestra divina gracia: dádmela, Dios mío, para rezar con fervor la Corona de vuestra santísima Madre. Amén.


℣. Abrid, Señor ✠, mis labios.
℟. Y mi voz pronunciará vuestras alabanzas.
℣. Dios mío, † en mi favor, benigno entiende.
℟. Señor, a mi socorro, presto atiende.
℣. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
℟. Como era en el principio y ahora y siempre y en los siglos de los siglos. Amén.

℣. En tu Concepción, Virgen María, fuiste Inmaculada.
℟. Ruega por nosotros al Padre, cuyo Hijo diste a luz.

  1. Me alegro con Vos, oh María, por el gozo que os inundó el corazón cuando, después del anuncio del Arcángel San Gabriel, el Verbo Eterno por obra del Espíritu Santo se encarnó en vuestro castísimo seno. Padre nuestro, 10 Ave María y Gloria. Bendita sea la santa e Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María. 
  2. Me alegro con Vos, oh María, por la consolación por Vos probada en la visita a vuestra prima Santa Isabel, mientras ella devenida en profetisa, os reconoció y veneró por verdadera Madre del divino Redentor, y San Juan Bautista, entonces recluido en su seno fue santificado por tal visita santificado. Padre nuestro, 10 Ave María y Gloria. Bendita sea la santa e Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María. 
  3. Me alegro con Vos, oh María, por aquel gozo inefable que probasteis en la gruta de Belén luego que, conservando intacto el lirio de vuestra virginidad, disteis a luz sin dolor alguno a vuestro divino hijo Jesús, que había venido a traer la paz y la redención al mundo, y lo visteis adorado por los pastores. Padre nuestro, 10 Ave María y Gloria. Bendita sea la santa e Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María. 
  4. Me alegro con Vos, oh María, por la suma alegría que experimentó vuestro corazón cuando visteis a los santos Reyes Magos venir reverentes desde lejanas tierras para postrarse ante vuestro divino infante Jesús, y adorarle como verdadero hombre Dios y Redentor del mundo, avizorando vos en ellos las primicias de la Gentilidad. Padre nuestro, 10 Ave María y Gloria. Bendita sea la santa e Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María. 
  5. Me alegro con Vos, oh María, por el júbilo que gustó vuestro corazón amoroso, cuando buscando por tres días a Jesús perdido, Le encontrasteis en el templo entre los doctores de la ley, que ya expandía los rayos de su infinita sabiduría. Padre nuestro, 10 Ave María y Gloria. Bendita sea la santa e Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María. 
  6. Me alegro con Vos, oh María, por la purísima alegría que embriagó vuestro corazón, cuando visteis aparecer resucitado de entre los muertos a vuestro divino Hijo revestido de gloria y de luz, impasible e inmortal. Padre nuestro, 10 Ave María y Gloria. Bendita sea la santa e Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María. 
  7. Me alegro con Vos, oh María, del inmenso g­ozo con que fuisteis inundada, cuando por los Ángeles fuisteis gloriosamente asunta en cuerpo y alma al Cielo, coronada de la Santísima Trinidad como Reina de Cielo y tierra, constituida abogada de los pecadores y madre nuestra amorosísima. Padre nuestro, 10 Ave María y Gloria. Bendita sea la santa e Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María.

Se agregan dos Ave María para completar el número 72, en memoria de los 72 años que, según las sentencias más comunes, María Santísima vivió en esta tierra. 

Bendita sea la santa e Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María.

OFRECIMIENTO DE LA CORONA

Oh dulcísima Virgen María, Madre de Dios, Reina de los ángeles y seguro refugio de pecadores, os ruego por todos vuestros gozos .que volváis vuestros benignos ojos sobre este ínfimo entre vuestros devotos, y recibid con agrado el obsequioso tributo que ha sido mi intención presentaros, rezando la corona de vuestras principales alegrías. Continuad vuestro patrocinio conmigo, así como deseo yo, continuar y aumentar mi afecto y devoción a Vos. Concededme por vuestra gracia que yo sea del número de aquellos que Vos amáis y guardáis escritos en vuestro Corazón virginal. Encomiendo igualmente a vuestra clementísima intercesión la Santa Iglesia Católica, la extirpación de las herejías, la perpetua paz y unión entre los príncipes cristianos, la felicidad de sus estados, y finalmente todos los vivos y muertos, por los que es mi intención y obligación rogar. Particularmente os suplico, postrado a vuestros sagrados pies, me alcancéis de vuestro divino Hijo el perdón de mis gravísimas culpas, los auxilios oportunos para la observancia de su divina ley, ejercicio de virtudes y victoria de mis malas inclinaciones. Limpiad, Virgen inmaculada, mi corazón de todo pecado, y echad de mí todo aquello que desagrade a vuestros ojos purísimos. Purgad mi alma de los amores y afectos terrenos, levantándola al amor de los bienes celestiales y eternos. Y finalmente, alcanzadme de vuestro hijo Jesús el máximo de todos los bienes, la perseverancia final, que será, Virgen inmaculada, el más glorioso triunfo de vuestra intercesión y de la divina misericordia. Amén.  Dios te salve, Reina y Madre de misericordia…℣. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.

℟. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo nuestro Señor. 

ORACIÓN

Concédenos, misericordiosísimo Dios, el socorro en nuestra debilidad, para que cuantos recitamos la Corona de la Santísima Virgen, por el auxilio de su intercesión, nos levantemos de nuestras iniquidades. Por J. C. N. S. Amén. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.

Puedes pedir la Corona Franciscana a los terciarios franciscanos, ellos muy amablemente nos han mandado una hecha a mano por ellos. Pídela aquí.

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