Comentario del evangelio del día: (Mc 5,21-43)
Ella expresó una confianza firme en el Señor. Se curó sólo tocando a Jesús, sin habérselo pedido. ¿Por qué Jesús preguntaba quién lo tocó, cuando una multitud lo apretaba? Porque no era una fuerza mágica que obraba por contacto. La multitud que lo rodeaba no sintió esa energía, y sólo la mujer, por su intensa fe, fue curada. Como decía san Agustín: “la multitud aprieta, la fe toca”. No es magia, es confianza que se conecta con el Señor y le permite actuar. Jesús lo dice: “hija, por tu fe has sido sanada”. El quería mirar de frente a la mujer que lo había tocado así. Porque no se contentaba con sanarla. Quería tener un encuentro cara a cara, y elogiar su fe. Lo mismo espera hacer con cada uno de nosotros.