Comentario del evangelio del día: (Mt 25,14-30)
Alguien repartió monedas entre sus servidores para que se ocuparan de multiplicarlas. Al regresar, pidió que le rindieran cuentas. A los servidores que se esforzaron y entregaron el fruto de su trabajo, les dirigió unas bellas palabras invitando al gozo de la amistad: “Entra y alégrate conmigo”. Pero el que había recibido sólo una moneda simplemente la enterró. No advirtió que con ese poquito podía producir mucho. Y no supo reconocer su pereza y su desinterés, sino que buscó excusas culpando a su amo. La parábola va dirigida precisamente a los que creen haber recibido poco, a esos que fácilmente se dejan llevar por la envidia o las comparaciones y así se vuelven estériles, infecundos como una tierra reseca. Quien renuncia a entregarle algo a Dios y a la vida, termina quedándose sin nada.