Comentario del evangelio del día: (Lc 11,15-26)
La mujer estaba tan entusiasmada y admirada escuchando a Jesús, que gritó: “¡Dichosa la mujer que te dio a luz!”. Algunos interpretan la respuesta de Jesús como si fuera un desprecio a María. No podría ser así, porque María misma anuncia que todas las generaciones la llamarán “feliz” (Lc 1,48) e Isabel, inspirada por el Espíritu Santo, también la llama “feliz” (Lc 1,45). Jesús nos invita a no poner nuestra felicidad en algo que no podremos tener, porque sólo María pudo llevarlo en su vientre. En cambio, todos podemos tener la felicidad de escuchar la Palabra de Dios y de hacerla carne en nuestras vidas. Compartamos entonces la felicidad de María, porque no podremos engendrar a Jesús en nuestro cuerpo, pero sí podemos engendrarlo en el corazón por la fe.