Dice el Evangelio que “todos los profetas y la Ley de Moisés anunciaron el reino hasta que vino Juan”. Él prestó su voz a todos los profetas para señalar a Jesús: “aquí está, este es el esperado”. Hacía falta prepararle el camino. También para recibir al Señor en esta Navidad tenemos que prepararnos. El Señor producirá frutos más bellos si estamos mejor preparados. Porque Él nos llena con sus dones, pero tenemos que preparar un lugar donde pueda derramar más todavía su luz. Si miramos nuestra propia historia veremos cómo el Espíritu Santo nos fue preparando para el encuentro con Cristo. Pero en cada Navidad Él quiere penetrar con más fuerza en nosotros, y sólo lo hará si, con la ayuda de su gracia, le abrimos más espacio en nuestra vida.