Cita del evangelio del día: Lc 11,37-41
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, un fariseo le rogó que fuera a comer con él; entrando, pues, se puso a la mesa. Pero el fariseo se quedó admirado viendo que había omitido las abluciones antes de comer. Pero el Señor le dijo: «¡Bien! Vosotros, los fariseos, purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis llenos de rapiña y maldad. ¡Insensatos! el que hizo el exterior, ¿no hizo también el interior? Dad más bien en limosna lo que tenéis, y así todas las cosas serán puras para vosotros».
Comentario del evangelio del día por San Clemente:
Es justo y santo, hermanos, obedecer a Dios antes que seguir a los agitadores orgullosos… Acerquémonos a los que con amor ponen en práctica la paz, no a los que fingen quererla. Puesto que, en efecto, en alguna parte se dice: «Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí» (Is 29,13 ; Mc 7,6). Y también: «Con la boca, bendicen, pero con el corazón, maldicen» (Sl 61,5) Y también: «Con la boca han dicho que le amaban, y con la lengua le han mentido; de corazón no eran sinceros con él y no permanecieron fieles a su alianza» (Sal 77,36)…
Cristo pertenece a los que son humildes de corazón, no a los que se ponen por encima de su rebaño. El cetro de la majestad de Dios (cf Heb 1,8), el Señor Jesucristo, no ha venido lleno de arrogancia y orgullo –y, sin embargo, podía haberlo hecho- sino con humildad de corazón, tal como el Espíritu Santo había dicho de él: «¿Quién ha creído nuestra palabra? y el brazo del Señor ¿a quién se ha revelado? Lo hemos anunciado como un niño, como una raíz en tierra árida. No tenía belleza ni esplendor; lo hemos visto… mas su aspecto era despreciable» (Is 53,1-3)… Ved, pues, amados míos, cuál es el modelo que se nos ha dado. Si el Señor se ha humillado tanto, ¿qué hemos de hacer nosotros a quienes nos ha concedido poder caminar bajo el yugo de su gracia?