Comentario del evangelio del día: (Mc 10,17-30)
Un hombre se acercó con muchos deseos de escuchar a Jesús. Su pregunta era: “¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?”. Jesús respondió recordando los deberes para con el prójimo. Pero también le propuso un desafío para continuar creciendo: que repartiera todo. Eso era algo que el hombre no estaba dispuesto a hacer. Así desnudó su debilidad y se vio que sus intenciones de entrega total no eran tan auténticas. Aquel que llegó entusiasmado “se fue triste”. A sus discípulos, que habían aceptado despojarse, Jesús les prometió el ciento por uno. Es la posibilidad de vivir plenamente la fraternidad en esa familia de los discípulos que es la Iglesia. Podemos entregarlo todo y ganar a cambio una multitud de hermanos, con lazos más fuertes que los de la sangre. Esa gran familia vale más.