La gente le preguntaba: “¿qué debemos hacer?”, Cuando alguien hace esa pregunta es porque tiene el corazón dispuesto a cambiar, a entregar algo. Cuando uno no le hace esa pregunta a Dios es porque piensa que todo está bien y prefiere mantenerse en la mediocridad. Juan podría responder sencillamente que hay que cumplir los mandamientos, pero su respuesta resume todo en los deberes para con el prójimo. Al pueblo en general lo invita a compartir los bienes con los pobres. A los que tienen alguna autoridad en la sociedad les pide, además, honestidad y justicia en sus funciones. Nuestra fidelidad a Dios se refleja en el cumplimiento de nuestros compromisos con los demás. Tengámoslo en cuenta, porque el Mesías separará el trigo de la paja. Mejor tratemos de ser trigo.