Comentario del evangelio del día: (Mt 10,34–11,1)
Jesús me dice que para que valga la pena ser su discípulo tengo que amarlo más que a cualquier otra persona. Ser su discípulo crea una unión con Él que con ningún otro podría tener. Hasta el punto de que cuando alguien me reciba a mí estará recibiéndolo a Él. Sólo la unión con Jesús puede darme sentido y luz, porque es el único que tiene el derecho a ser Señor de mi corazón. Esa comunión plena con Jesús me eleva más allá de los límites de los afectos humanos, de los apegos, de los celos y de tantas formas de dominio que hay entre nosotros. Cuando soy de Jesús no necesito poseer a nadie. Por eso, amar a Jesús más que a los demás significa amar de Ia forma más sana y más genuina.