• 05/10/2024

Evangelio del día 18 de Diciembre 2021

Evangelio del día

Cita del evangelio del día: Mt 1,18-24

La generación de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto.

Así lo tenía planeado, cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en Ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta: «Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: “Dios con nosotros”». Despertado José del sueño, hizo como el Ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer.

Comentario del evangelio del día por: San Jerónimo

18. «La generación de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo.» Pero, ¿por qué Cristo es concebido de una Virgen desposada y no de una simple virgen? Por tres razones: la primera, para que por la genealogía de José se supiese el origen de María; la segunda, para que los judíos no la apedreasen como adúltera; y la tercera, para que al huir a Egipto tuviese quien la consuele. El mártir Ignacio aduce otra razón: para ocultar al demonio el parto de María, y que siempre creyese que Cristo había sido engendrado no de una virgen, sino de una mujer casada.

Un tal Helvidio, hombre turbulento y que de todo hace materia para la disputa, empezó a blasfemar contra la Madre de Dios formulando así su primera tesis: San Mateo dice: «Y siendo desposada». Mira cómo dice desposada y no comprometida, como tú dices, y desposada no por otra causa sino para casarse después [1] (contra Helvidium, in principio libri).

Nadie la halló en tal estado sino José, quien, como si fuese su marido, sabía todo lo referente a su esposa [2].

Pero dice Helvidio: El evangelista no hubiera dicho » antes que viviesen juntos», de los que después no habían de vivir con tal unión. Es como si uno dijera » antes de comer en el puerto, me hice a la vela con rumbo al Africa». La frase no puede tener sentido, si después no ha de comer en aquel puerto. Me parece que está mejor entendido que aunque el adverbio antes indique con frecuencia lo que sigue, algunas veces, sin embargo, expresa solamente lo que antes se había pensado, y que no es necesario que lo pensado suceda, cuando ha mediado otra cosa, para que no se realice lo que se pensó (contra Helvidium, in principio libri).

Por tanto no se infiere que después viviesen juntos, sino que la Escritura sólo dice qué es lo que no sucedió antes.

19. «Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto.» Pero, ¿cómo se nos presenta como justo a José, cuando oculta el crimen de su Esposa, y estando prescrito en la ley que los autores y cómplices de un crimen son igualmente reos de pecado?

O también puede ser un testimonio en favor de María, que José confiando en su castidad, admirado éste de lo que había sucedido, ocultó en el silencio el hecho cuyo misterio ignoraba.

20. «Así lo tenía planeado, cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo.» No vaya a creerse que porque la llamó su mujer ha dejado de ser esposa, pues la Escritura acostumbra llamar mujeres casadas a las esposas, y maridos a los esposos, según se comprueba en el Deuteronomio: «Si alguno hallare en el campo a una virgen que está desposada y asiéndola se echase con ella, morirá, porque abatió a la mujer de su prójimo» (Dt 22,23).

21. «Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.» Jesús en hebreo significa Salvador. Luego da a entender la etimología del nombre, cuando dice: «Porque él salvará a su pueblo de los pecados de ellos».

22-23. «Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta: «Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: ‘Dios con nosotros’».» A las palabras aducidas del profeta, preceden estas otras: «El mismo Señor os dará una señal». Esta señal debe ser cosa nueva y admirable. Ahora bien, si -como pretenden los judíos-, quien ha de parir es una muchacha, una jovencita, no una virgen, ¿qué señal puede llamarse tal suceso, cuando el nombre de jovencita o muchacha no indica más que la edad y no integridad? Cierto que la palabra virgen se expresa en hebreo por la de bethula, y que no está consignada en la profecía, sino que se pone la de almah [3], que las versiones -con excepción de los Setenta- han vertido por la de «jovencita». Pero la voz almah entre los hebreos tiene dos significaciones «jovencita» y «ocultada», luego la voz almah no sólo expresa una muchacha o virgen cualquiera, sino una virgen escondida y retirada, jamás expuesta a las miradas de los hombres, antes bien, guardada por sus padres con el mayor cuidado. Además, la lengua fenicia, derivada del hebreo, da con propiedad a la voz almah el significado de virgen, y nuestro idioma el de santa. A pesar de que los hebreos emplean en su lengua vocablos de casi todas las otras no recuerdo, por más que torturo mi memoria, haber leído jamás la palabra almah para expresar una mujer casada, sino siempre la que es virgen. Y no simplemente virgen, sino en los años de la adolescencia, porque también una vieja puede ser virgen; una virgen en los años de la pubertad, no una muchacha incapaz todavía de conocer varón (in Isaiam, 7).

El evangelista dice: «Tendrá en su seno»; el profeta, como que predice lo que ha de ser, escribió: «Recibirá». El evangelista, como que refiere lo sucedido, no lo futuro, omitió el «recibirá» y puso «tendrá»; porque el que ya tiene, mal podrá recibir.
Pero dice: «He aquí la Virgen concebirá y parirá hijo» (in evangelium Matthaei).

Los Setenta, y los otros tres traductores, vertieron asimismo «llamarás» por el «llamarán» que aquí está escrito y que no está en el hebreo: pues el verbo qarathi, que todos han traducido «llamarás», puede traducirse también «llamará»; es decir, que la misma Virgen que concebirá y parirá al Cristo, lo llamará Emmanuel, o Dios con nosotros (in Isaiam 7,14).

Mas, es de saber que los hebreos pretenden que esta profecía concierne a Ezequías hijo de Akaz, porque en su reinado fue tomada Samaria. Afirmación que no pueden probar de modo alguno, porque Akaz, hijo de Joatam reinó sobre Judá y Jerusalén dieciséis años, a quien sucedió en el reino de su hijo Ezequías, a los veintitrés años de edad, y reinó sobre Judá y Jerusalén veintinueve años. ¿Cómo, pues, la profecía hecha a Akaz en el primer año de su reinado podía referirse a la concepción y nacimiento de Ezequías, siendo así que éste tenía ya nueve años cuando empezó a reinar su padre Akaz? A menos que digan que el sexto año del reinado de Ezequías, en el que Samaria fue tomada, se llama la infancia de éste, pero no infancia de edad, sino de mando, interpretación forzada y violenta a todas luces. Un judaizante de los nuestros sostiene que el profeta Isaías tuvo dos hijos: Jasub y Emmanuel; y que el Emmanuel nació de su mujer la profetisa como figura del Señor y Salvador; pero esto es pura fábula (in Isaiam 7,14).

Debe, pues, entenderse lo que se dice a Akaz en este sentido: Casa de David, este niño que nacerá de la Virgen, se llama ahora Emmanuel, porque los sucesos mismos te demostrarán, una vez librada de dos reyes enemigos, que Dios te tiene presente. Pero después será llamado Jesús, es decir, Salvador, porque El salvará a todo el linaje humano. No te admires, por tanto, Casa de David, de que la Virgen dé a luz a Dios, que tiene tan grande poder, que habiendo de nacer después de mucho tiempo, te libra ahora sólo por haber sido invocado (in Isaiam 7,14).