Comentario del evangelio del día: (Jn 6,51-58)
La Palabra de Dios es pan de vida. Pero aquí se habla de comer y beber. Ya no se refiere sólo a la Palabra recibida con la fe, sino a comer su propio cuerpo y beber su sangre. Eso sucede en la Eucaristía, donde Jesús nos entrega su vida: “El que me coma vivirá por mí». Pero quienes lo escuchaban quedaban impresionados. Todavía no entendían que estaba ofreciendo la novedad de la Eucaristía. A través del gesto de comerlo, Jesús entero entra en nuestra vida, porque, en realidad, “cuerpo” y “sangre” indican al ser humano completo. La sangre, que en la Eucaristía se consagra por separado, nos recuerda cuánto le costó nuestra redención.