• 08/02/2025

Evangelio del día 24 de Noviembre 2020

Evangelio del día

Cita del evangelio del día: Lc 21,5-11

En aquel tiempo, como dijeran algunos acerca del Templo que estaba adornado de bellas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo: «Esto que veis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida».

Le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo sucederá eso? Y ¿cuál será la señal de que todas estas cosas están para ocurrir?». Él dijo: «Estad alerta, no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: ‘Yo soy’ y ‘el tiempo está cerca’. No les sigáis. Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones, no os aterréis; porque es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin no es inmediato». Entonces les dijo: «Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos, peste y hambre en diversos lugares, habrá cosas espantosas, y grandes señales del cielo».

Comentario del evangelio del día por San Cirilo de Alejandría:

«Has puesto la ciudad como un majano, y la villa fortificada, hecha como una ruina; el alcázar de orgullosos no es ya ciudad, y nunca será reedificado. Por eso te glorificará un pueblo poderoso» (Is 25,2-3) Pertenece al «designio fiel» (v.1) de Dios todopoderoso y a sus consejos irreprochables, que las «ciudades fortificadas» sean derribadas y «reducidas a un montón de piedras», que sean como sacudidas «desde sus cimientos» y sin esperanza de poderse levantar algún día: «Jamás será reedificada» dice el texto. Estas ciudades derribadas no son, según nosotros, las que se pueden percibir con los sentidos, no son los hombres que viven en ellas. Sino que, según nuestro parecer, se trata de cada una de las fuerzas malvadas y hostiles, y primero de todo de Satán, que aquí es llamado ciudad, y una «ciudad fuerte»…

Cuando apareció y brilló sobre el mundo el Emmanuel, la impía tropa de las fuerzas adversas se convirtió en ruinas, Satán fue derribado «desde sus cimientos»; cayó, se debilitó para siempre y ya no puede esperar volver a levantarse algún día, ni levantar de nuevo la cabeza.

Es por esta razón que «el pueblo pobre y la ciudad de los hombres oprimidos te bendecirá» (LXX). Israel ha sido llamado al conocimiento de Dios a través de la pedagogía de la Ley, y Dios lo sació de todo bien. Sí, fue salvado y heredó en herencia la tierra prometida. Pero todas las demás naciones que están bajo el cielo fueron privadas de estos bienes espirituales… Cuando apareció Cristo en persona, y expulsando la tiranía del diablo, las condujo a su Dios y Padre, entonces fueron enriquecidas con la luz de la verdad, con la participación en la gloria divina, con la grandeza de la vida del Evangelio. Por eso de ellas brotaron himnos de acción de gracias a Dios Padre: «Sí, Señor, has dado cumplimiento a tu antiguo y verdadero designio» (v.1) recapitulando todas las cosas en Cristo. Has «iluminado a los que estaban sentados en las tinieblas» (Lc 1,79) derribando los poderes que dominaban el mundo (Ef 6,12), igual que se derriban las ciudades fortificadas. «Por eso el pueblo pobre te bendecirá y todas las naciones te glorificarán».