Comentario del evangelio del día: (Lc 12,39-48)
Dios no quiere que sepamos cuándo será el fin de nuestra vida, para que estemos atentos. Es verdad que este día puede ser el último. Eso le da mucha seriedad y consistencia a las horas que vivimos. No las vivamos superficialmente, como si fueran eternas. Esta es una etapa breve, una oportunidad pasajera que no vale la pena gastar en distracciones. Pero este texto nos aclara en qué deberíamos usar el tiempo que tenemos. Dice que el siervo fiel y atento se dedica a los demás para “repartirles la comida a su debido tiempo”. El tiempo se vive plenamente cuando lo usamos para prestar atención alas necesidades de los demás. En el cielo, donde todos seremos felices, no habrá oportunidad para socorrer al necesitado. Esa oportunidad se agota en esta vida.