Cita del evangelio del día: Lc 6,39-45
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: «¿Podrá un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo por encima del maestro. Todo discípulo que esté bien formado, será como su maestro. ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: ‘Hermano, deja que saque la brizna que hay en tu ojo’, no viendo tú mismo la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna que hay en el ojo de tu hermano».
»Porque no hay árbol bueno que dé fruto malo y, a la inversa, no hay árbol malo que dé fruto bueno. Cada árbol se conoce por su fruto. No se recogen higos de los espinos, ni de la zarza se vendimian uvas. El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca lo bueno, y el malo, del malo saca lo malo. Porque de lo que rebosa el corazón habla su boca».
Comentario del evangelio del día por: San Francisco de Sales
Somos hombres porque tenemos razón y sin embargo es cosa rara encontrar hombres verdaderamente razonables, pues el amor propio nos perturba de ordinario la razón y nos conduce insensiblemente a mil clases de pequeñas pero peligrosas injusticias e iniquidades… ¿Es que no son esas cosas iniquidades y sinrazones?
Acusamos por cualquier cosa a nuestro prójimo y siempre nos excusamos a nosotros mismos; queremos vender caro y comprar barato; queremos que se haga justicia en la casa del otro pero que en nuestra casa haya misericordia y tolerancia.
Queremos que nuestras palabras se tomen a buena parte y nosotros somos quisquillosos y muy sensibles a las de los demás… Nosotros defendemos nuestro rango puntillosamente y queremos que los demás sean humildes y condescendientes.
Fácilmente nos quejamos del prójimo pero no queremos que él se queje de nosotros. Lo que hacemos por otro siempre nos parece mucho y lo que el otro nos hace lo tenemos en nada.
En dos palabras: somos como la perdiz de Paflagonia, que tiene dos corazones: tenemos uno dulce, educado y agradable para con nosotros y otro duro, severo, riguroso para con el prójimo.
Tenemos dos medidas: con la una pesamos nuestras comodidades con la mayor ventaja que podemos; con la otra pesamos las de los demás dándoles las mayores desventajas posibles.
… Filotea: sé equitativa y justa en tus acciones: ponte siempre en el lugar del prójimo y a él ponle en el tuyo; así juzgarás bien. Hazte vendedora cuando compres y compradora cuando vendas y así venderás y comprarás con justicia.
…¿Te acuerdas, Filotea, de examinar a menudo tu corazón para ver si eres así hacia el prójimo, así como quisieras que él fuera contigo?