Comentario del evangelio del día: (Mt 13, 24-30)
Jesús sembró buena semilla, pero en el mundo hay maldad, corrupción, injusticia. La semilla del Señor tiene poder, pero nosotros podemos cerrarnos a su acción e impedirle que nos transforme. Jesús sabe bien que su semilla puede caer entre piedras o espinas. Pero en esta parábola del trigo y de la mala hierba Jesús agrega algo más: hay quienes están tomados por las fuerzas del mal, enfermos por la maldad o el egoísmo, que están sembrando mala semilla. El Señor nos invita a ser realistas y astutos, a estar atentos para reconocer esa mala semilla. Sin embargo, también nos pide mucha paciencia y tolerancia porque, queriendo arrancar las cosas malas, se corre el riesgo de destruir lo bueno. En lugar de empeñarnos en arrancar de golpe todo lo malo, mejor sigamos sembrando el bien.