Comentario del evangelio del día: (Mt 13,54-58)
En Jesús se manifestaban el poder y la sabiduría de Dios, pero esa gloria se encarnaba y se escondía en una simplicidad poco luminosa. O mejor, esa simplicidad quedaba iluminada por el misterio de Dios. No sólo quiso nacer en una cueva de animales en la noche de Belén… También eligió una familia pobre y sencilla. Era uno más. En el pueblo se preguntaban cómo podía alcanzar sabiduría alguien que desde niño había compartido sus vidas simples. Ellos mismos le negaban a Dios la posibilidad de hacer maravillas en medio de aquella áspera monotonía. Esto debería estimularnos para estar atentos. Quizás Dios nos quiere hablar a través de personas cercanas, esos que vemos y escuchamos todos los días, y quizás no sepamos ver la gloria que encierra nuestra vida cotidiana.