Cita del evangelio del día: Mc 6,1-6
Jesús vino a su patria (…). La multitud, al oírle, quedaba maravillada, y decía: «¿De dónde le viene esto?, y ¿qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? ¿Y esos milagros hechos por sus manos?
Comentario del evangelio del día por: San Teofilacto
Después de los milagros citados, vuelve el Señor a su patria -no ignorando que le despreciarían- con el objeto de que no pudieran decir luego: Si hubieses venido, hubiéramos creído en ti. Así dice: «Partido de aquí, se fue a su patria…»
«Y no podía hacer allí ningún milagro», etc. Las palabras no podía, deben traducirse por no quería; y no quería, no porque no pudiera, sino porque ellos eran incrédulos. Por tanto, no hace milagros allí por compasión hacia ellos, a fin de que no se hicieran dignos de mayor pena no creyendo los milagros que viesen. O de otro modo: en los milagros es necesario el poder del que los hace y la fe de los que son objeto de ellos, lo cual faltaba allí; por lo que no aceptó el Señor el hacer allí milagros.
«Y admirábase -prosigue- de la incredulidad de aquellas gentes».