• 08/02/2025

Evangelio del día 7 de marzo 2020

Evangelio del día

Cita del evangelio del día: Mt 5,43-48

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: ‘Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo’. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial».

Comentario del evangelio del día por San Francisco de Sales:

«Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os aborrecen y rezad por los que os persiguen y calumnian. Así seréis hijos de vuestro Padre, que está en el cielo.» Mt 5, 43-48

Al crear Dios al hombre a su imagen y semejanza, le ordenó tener un amor para con el hombre a imagen y semejanza del amor que se debe a su Divinidad.

¿Por qué amamos a Dios, Teótimo? Dice San Bernardo que la razón por la que amamos a Dios es Dios mismo. Como si dijera que amamos a Dios porque es la soberana e infinita Bondad. ¿Por qué nos amamos a nosotros mismos en caridad? Sin duda porque estamos hechos a imagen y semejanza de Dios. Y puesto que todos los hombres tienen esta misma dignidad, también tenemos que amarles como a nosotros mismos, es decir, en calidad de santísimas y vivientes imágenes de la divinidad…

Y por esta calidad es por la que pertenecemos a Dios, con una alianza tan estrecha y con tan amable dependencia, que Dios no tiene ninguna dificultad en llamarse Padre nuestro ni de llamarnos sus hijos.Y en calidad de hijos es como recibimos la gracia y como nuestros espíritus se asocian al Suyo, santísimo, y por así decir, participamos de su divina naturaleza, como dice San Pedro.

Y esa caridad que produce los actos de amor de Dios es la misma que produce los actos de amor al prójimo; como cuando Jacob vio que una misma escala tocaba el cielo y la tierra y servía a los ángeles tanto para bajar como para subir; nosotros también sabemos que una misma dilección es con la que queremos a Dios y al prójimo; nos eleva a unir nuestro espíritu con Dios y nos devuelve a la amorosa sociedad con nuestros prójimos, puesto que amamos al prójimo como imagen de Dios que es.