Fallece a los 93 Años la Hermana Agnes Sasagawa, vidente de Nuestra Señora de Akita
El 15 de agosto, en la Fiesta de la Asunción de María, falleció a los 93 años la Hermana Agnes Sasagawa, conocida por sus visiones de la Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora de Akita. Su vida estuvo marcada por experiencias místicas que comenzaron en 1973, cuando, según se relata, recibió mensajes de la Virgen María advirtiendo sobre castigos futuros y llamando a la humanidad a la oración y el arrepentimiento.
Una Vida Marcada por el Misterio
Agnes Sasagawa, nacida Katsuko Sasagawa en 1930 en una familia budista, se convirtió al catolicismo después de que una enfermera cristiana le diera agua de Lourdes para beber. Ingresó en la vida religiosa tomando el nombre de Agnes. En 1973, mientras era una novicia en la comunidad de las Siervas de la Eucaristía en Akita, Japón, comenzó a experimentar fenómenos extraordinarios. Estos incluyeron visiones de rayos de luz emanando del sagrario y la aparición de una herida en forma de cruz en su mano.
Las Apariciones de Nuestra Señora de Akita
El 6 de julio de 1973, la Hermana Agnes escuchó una voz proveniente de una estatua de madera de la Virgen María en el convento. Según su relato, la voz la instó a rezar en reparación por los pecados de la humanidad. Posteriormente, la estatua también mostró signos físicos, desarrollando una herida en la mano, similar a la de la Hermana Agnes. A lo largo de ese año, recibió mensajes de la Virgen que advertían sobre castigos divinos si la humanidad no se arrepentía y mejoraba su conducta. Uno de los mensajes más impactantes fue el del 13 de octubre de 1973, en el que María predijo un castigo terrible para la humanidad si no se volvía hacia Dios.
Un Legado de Fe y Advertencia
A partir de 1975, la estatua de la Virgen comenzó a llorar, un fenómeno que se repitió 101 veces en los siguientes siete años. Estos eventos fueron investigados por la Iglesia, y en 1984, el obispo John Shojiro Ito de Niigata reconoció el carácter sobrenatural de los sucesos, autorizando la veneración de Nuestra Señora de Akita en su diócesis.
La Hermana Agnes pasó sus últimos años en tratamiento médico, pero su legado espiritual sigue vivo. A pesar de la aprobación local, el Vaticano no ha emitido un juicio definitivo sobre las apariciones, aunque permitió que la devoción continuara bajo la guía de la Iglesia.
Un Llamado a la Oración y la Penitencia
El mensaje de Nuestra Señora de Akita sigue siendo relevante, recordando a los fieles la importancia de la oración, el arrepentimiento y la preparación espiritual en tiempos difíciles. La muerte de la Hermana Agnes Sasagawa es un recordatorio de su papel como mensajera de una advertencia divina y una vida dedicada a la fe.
En el Santuario de Akita, que ahora recibe miles de peregrinos anualmente, se mantiene viva la devoción a la Virgen bajo el título de Madre del Redentor, un testimonio de la fe inquebrantable de la Hermana Agnes y su mensaje para el mundo.
