• 21/11/2024

Incorruptibilidad en Missouri: El cuerpo de la Hermana Wilhelmina sorprende a la ciencia

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Incorruptibilidad en Missouri: El cuerpo de la Hermana Wilhelmina sorprende a la ciencia

En un comunicado reciente, el obispo James Johnston de la Diócesis de Kansas City-St. Joseph en Missouri, anunció los resultados de un examen médico realizado al cuerpo de la Hermana Wilhelmina Lancaster, OSB, cuya exhumación en abril de 2023 sorprendió al mundo por el estado de preservación en el que fue encontrado, sin signos de descomposición tras casi cuatro años de su fallecimiento.

El estudio, encargado por el obispo y llevado a cabo por un equipo de expertos médicos, ha reforzado la posibilidad de que el cuerpo de la difunta monja benedictina podría ser un caso de incorruptibilidad, un fenómeno que, aunque no es considerado un signo definitivo de santidad por la Iglesia Católica, ha generado un interés considerable tanto entre los fieles como en el público en general.

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La Hermana Wilhelmina, fundadora de la orden tradicionalista Benedictinas de María, Reina de los Apóstoles, en Gower, Missouri, falleció el 29 de mayo de 2019 a la edad de 95 años. Al momento de su exhumación, el 28 de abril de 2023, las monjas de su comunidad religiosa esperaban encontrar un esqueleto, pero en su lugar hallaron un cuerpo notablemente bien conservado, con rasgos faciales y corporales reconocibles.

El informe final sobre la exhumación, dado a conocer el 22 de agosto de 2024, destaca que no se detectaron las características habituales de descomposición que se esperarían bajo las condiciones en las que el cuerpo fue enterrado. Cabe mencionar que el cuerpo de la Hermana Wilhelmina no fue embalsamado ni recibió ningún otro tratamiento antes de su entierro. Fue sepultada en un ataúd de madera sin sellar, que mostró signos de deterioro, pero su cuerpo permaneció intacto, al igual que su hábito y vestimenta, que no presentaron signos de descomposición.

«El estado de su cuerpo es altamente atípico para el intervalo de casi cuatro años desde su muerte, especialmente dadas las condiciones ambientales y los hallazgos en los objetos asociados», explicó el informe. El equipo médico también realizó pruebas adicionales en el suelo donde estuvo enterrado el cuerpo, para determinar si alguna característica inusual podría haber prevenido la descomposición. Sin embargo, no se encontraron elementos anómalos en el suelo.

«En los límites de lo que se ha observado durante este tiempo, el cuerpo de la Hermana Wilhelmina Lancaster no parece haber experimentado la descomposición que normalmente se esperaría bajo tales condiciones de entierro previas», señaló el obispo Johnston en su declaración al anunciar los hallazgos.

Además de los exámenes médicos, se realizaron entrevistas a testigos presenciales tanto del entierro como de la exhumación, y se estudiaron el ataúd y el cuerpo de la hermana. Según el obispo, el equipo médico solo pudo realizar «un examen limitado». La diócesis no ha anunciado si se llevarán a cabo evaluaciones adicionales del cuerpo o si se tomarán otras medidas en el futuro.

El obispo Johnston también aclaró que no existe un protocolo oficial por parte de la Iglesia Católica para determinar si un cuerpo es incorrupto, y enfatizó que la incorruptibilidad no se considera un indicio de santidad. En este momento, no hay planes en la diócesis para iniciar un proceso de canonización para la Hermana Wilhelmina.

«La condición de los restos de la Hermana Wilhelmina Lancaster ha generado comprensiblemente un interés generalizado y ha planteado preguntas importantes», continuó el obispo. «Rezo para que la historia de la Hermana Wilhelmina continúe abriendo corazones al amor por Nuestro Señor y Nuestra Señora».

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La vida de la Hermana Wilhelmina estuvo marcada por su profunda devoción a las tradiciones de la Iglesia Católica. Ingresó a las Hermanas Oblatas de la Providencia poco después de graduarse como la mejor estudiante de su clase en la escuela secundaria. Tras las reformas del Concilio Vaticano II, la hermana hizo un esfuerzo por preservar las tradiciones católicas, en particular el uso del hábito religioso. Al no lograr convencer a su orden de volver al uso del hábito, fundó una nueva comunidad religiosa con la ayuda de la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro, una sociedad sacerdotal dedicada a la Misa Tridentina.

A la edad de 70 años, la Hermana Wilhelmina fundó las Benedictinas de María, Reina de los Apóstoles, inicialmente en Pensilvania antes de trasladarse a Missouri. La orden adoptó un carisma contemplativo y mariano, con un énfasis especial en la oración por los sacerdotes. Las hermanas están dedicadas a la Misa Tridentina y utilizan el Oficio Monástico de 1962, con su tradicional canto gregoriano en latín. Además, las monjas han grabado varios cantos y han alcanzado los primeros puestos en la lista de música clásica tradicional de Billboard en varias ocasiones.

El caso de la Hermana Wilhelmina Lancaster sigue atrayendo la atención de miles de peregrinos y fieles que ven en su historia un posible milagro. Mientras tanto, el obispo Johnston ha instado a la comunidad a continuar en oración, buscando en este fenómeno una inspiración para fortalecer su fe y devoción.