Jesús y el paralítico:
Después de varios días, Jesús regresó al pueblo de Cafarnaúm. Apenas se supo que Jesús estaba en casa, mucha gente fue a verlo. Era tanta la gente que ya no cabía nadie más frente a la entrada. Entonces Jesús comenzó a anunciarles las buenas noticias. De pronto, llegaron a la casa cuatro personas. Llevaban en una camilla a un hombre que nunca había podido caminar. Como había tanta gente, subieron al techo y abrieron un agujero. Por allí bajaron al enfermo en la camilla donde estaba acostado.
Cuando Jesús vio la gran confianza que aquellos hombres tenían en él, le dijo al paralítico: «Amigo, te perdono tus pecados.»
Al oír lo que Jesús le dijo al paralítico, unos maestros de la Ley que allí estaban pensaron: «¿Cómo se atreve éste a hablar así? ¡Lo que dice es una ofensa contra Dios! Sólo Dios puede perdonar pecados.» Pero Jesús se dio cuenta de lo que estaban pensando, y les dijo: «¿Por qué piensan así? Díganme, ¿qué es más fácil? ¿Perdonar a este enfermo, o sanarlo? Pues voy a demostrarles que yo, el Hijo del hombre, tengo autoridad aquí en la tierra para perdonar pecados.»
Entonces le dijo al que no podía caminar: «Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.» En ese mismo instante, y ante la mirada de todos, aquel hombre se levantó, tomó la camilla y salió de allí. Al verlo, todos se quedaron admirados y comenzaron a alabar a Dios diciendo: «¡Nunca habíamos visto nada como esto!»
Comentario:
Esta ha sido siempre una de mis parábolas preferidas, me gusta muchísimo el gesto de estas personas que suben al techo y hacen un agujero, destrozando la casa de alguien. ¿Que poca caridad tengo verdad?, que me quedo impasible ante la escena de alguien que tendrá que llamar a un albañil para que le arregle la casa.
En una primera escena vemos a unas personas que llevan a alguien que no se puede valer por si mismo. Estas personas en el evangelio de Marcos no dice si son familia. Quizás no lo sean o quizás si, lo que importa y que tenemos que ver es que estas 4 personas están dispuestas a llegar hasta el corazón de Jesús con tal de que Él cure aquel al que llevan en la camilla. Esto demuestra o hace pensar en que estas personas son gente que aman. Podrían haber usado muchas formas diferentes para llegar a Jesús, pero ellos tienen tan claro lo que quieren conseguir que van a por todas. Quieren algo y van a por ello, saben que ellos no lo pueden curar pero saben que Jesús si puede. Y Jesús lo hace no por la fe del paralítico sino por la de estos hombres.
Este acto de fe me hace darme cuenta de que yo tengo que hacerme una serie de preguntas:
-¿Cómo amo yo?.
Hasta donde estoy dispuesto a moverme por la curación de una persona a la que quiero. ¿Cuál será la medida de mi amor?, ¿me daré totalmente por aquel que sufre, o pondré condiciones?. Quizás el que lea esta carta piense que quiero ser la voz de su conciencia. Pero no es el caso, porque lo que estáis leyendo es la voz de mi conciencia, no de la vuestra. Tan sólo transcribo lo que mi conciencia me dice a mi.
-¿Que soy capaz de dar o de dejar?, Rezaré por el enfermo al que amo en Cristo, por el amor que Dios pone en mi corazón, y me diré a mi mismo creo que Jesús tiene el poder, si rezo el lo hará y eso basta, o además de creer eso me diré también a mi mismo: Yo puedo hacer más.
Si fuera el caso que yo tuviera un vicio, ¿lo podría dejar como acto de amor?, ¿podría como acto de amor, como la Cruz de nuestro Señor amar hasta ese punto?. ¿Quién pone el limite al amor si no hay medida en el amar?, ¿lo pongo yo, yo digo mi limite es hasta ahí, rezaré y ya esta? o por el contrario iré a por todas para llegar al corazón de Jesús. ¿Cómo llegaré a su corazón?, ¿simplemente rezando por mi cara bonita, simplemente porque le amo con todo mi corazón?.
Si la máxima expresión de amor es la Cruz, y el corazón de Jesús esta amando en esa Cruz, para llegar a su corazón tendré que llegar a Él en la cruz, por amor. Sin poner medidas, sin poner limites, sin decirle a Jesús, yo te amo a ti y a los demás pero hasta esta linea. No! No Jesús, yo te amo hasta la cruz, y quiero amar al paralítico hasta lo imposible. Subiré al techo y en tu cruz te amaré, y allí en la cruz te pediré que los cures a todos porque tu puedes y yo no.
Yo sé Jesús que tu les dirás: Amigo/a levante y anda.
Que Dios te bendiga. + Marc +.