El Jueves Santo ocupa un lugar de gran importancia en el calendario litúrgico católico. Este día, los católicos de todo el mundo conmemoramos varios eventos significativos de la vida de Jesucristo, como la Última Cena, el Lavatorio de los pies, la Institución de la Eucaristía y del Sacerdocio, y tambien la oración de Jesús en el Huerto de Getsemaní. A continuación, te presentamos 9 ideas que todo católico debe conocer sobre este importante día del calendario litúrgico.
La Institución de la Eucaristía
Durante la Última Cena, Jesucristo dejó a sus discípulos un regalo de amor inigualable: la Institución de la Eucaristía. En este momento crucial, tomó el pan y el vino, los bendijo y les dijo: «Esto es mi cuerpo que será entregado por vosotros, haced esto en memoria mía». Luego, tomó el cáliz y dijo: «Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre, que será derramada por vosotros». La Eucaristía es el sacramento más importante de la presencia de Jesucristo en la Iglesia, a través del cual podemos recibir su cuerpo y su sangre en la comunión. Este regalo de amor nos une a Él y nos da la fuerza para vivir en su amor y seguir su ejemplo en nuestra vida diaria.
La Institución del Sacramento de la Orden Sacerdotal
Durante el Jueves Santo, también se conmemora la institución de uno de los Sacramentos más sagrados: el Sacramento del Orden Sacerdotal, que implica una entrega y abandono total al Señor. Durante la Última Cena, Jesús instituyó el sacerdocio al lavar los pies de sus discípulos y pedirles que hicieran lo mismo los unos con los otros. Este gesto de humildad simboliza el servicio amoroso y sacrificado que los sacerdotes deben ofrecer a la comunidad cristiana, siguiendo el ejemplo de Jesús y su llamado al servicio y al amor al prójimo.
Oración de Jesucristo en el Huerto de Getsemaní
Después de la Última Cena, Jesús se retiró a orar en el Huerto de Getsemaní, donde experimentó una gran angustia ante la inminencia de su pasión y muerte. Allí, se entregó completamente a la voluntad del Padre y aceptó su sufrimiento por la salvación del mundo. Esta oración de Jesús es un modelo de abandono confiado en la voluntad de Dios, incluso en los momentos más difíciles de nuestra vida.
La Misa Crismal
Durante la mañana del Jueves Santo, se celebra la Misa Crismal en la que el Obispo Diocesano consagra el Santo Crisma y bendice los demás óleos que se utilizan en los sacramentos. Además, todos los sacerdotes renuevan las promesas que hicieron el día de su ordenación. La Misa Crismal es un momento para demostrar la unión que existe entre el obispo y los sacerdotes en el sacerdocio y el ministerio de Cristo.
El mandato del amor fraterno
En la Última Cena fue cuando Jesús instituyó el mandamiento nuevo: «Amaos los unos a los otros como yo os he amado». Este mandato del amor fraterno es un recordatorio para todos los católicos de que deben amar a los demás de la misma manera en que Jesús los ama: con un amor sacrificado y sin condiciones.
El Lavatorio de los pies
En la Última Cena, Jesús lavó los pies de sus discípulos como un gesto de servicio y humildad. Este acto simboliza la necesidad de los católicos de servir a los demás y de ser humildes en su servicio, tal como lo hizo Jesús.
El monumento
Una de las tradiciones más arraigadas de este día es la preparación de los monumentos, un altar de reposo donde se coloca el Santísimo Sacramento después de la Misa de la Cena del Señor. Estos monumentos pueden ser muy elaborados y representar un lugar de especial belleza y reverencia para los fieles.
La preparación de los monumentos es una forma de honrar a Jesucristo en su Pasión y muerte, y también de acompañarlo en su soledad en el Huerto de Getsemaní. Es un momento de oración y de contemplación, en el que los fieles pueden acercarse a la presencia real de Cristo en la Eucaristía y reflexionar sobre el gran amor que él tiene por cada uno de nosotros.
El monumento se prepara con gran esmero y cuidado, y se suele decorar con flores, velas y otros elementos litúrgicos. También se colocan símbolos de la Pasión, como la corona de espinas, los clavos y la cruz, para recordar el sacrificio de Jesucristo por la salvación del mundo.
Después de la Misa de la Cena del Señor, los fieles pueden acudir al monumento para realizar la Adoración al Santísimo Sacramento, una práctica que invita a la reflexión y a la meditación sobre la Pasión de Cristo. Durante este momento de oración, los fieles pueden hacer peticiones, dar gracias y pedir perdón por sus pecados.