Detenciones y Cancelación de Cáritas: La Iglesia Católica Bajo Ataque en Nicaragua
En un nuevo episodio de la creciente represión que azota a la Iglesia Católica en Nicaragua, dos sacerdotes y una colaboradora eclesial fueron detenidos durante el pasado fin de semana, según informaron fuentes eclesiásticas y medios internacionales. Estos arrestos se suman a una larga lista de acciones punitivas del gobierno sandinista de Daniel Ortega contra miembros de la Iglesia, un fenómeno que ha encendido las alarmas a nivel mundial.
Persecución en Matagalpa
Los recientes arrestos ocurrieron en el contexto de una ofensiva dirigida particularmente contra la Diócesis de Matagalpa, una de las regiones más afectadas por la represión estatal. La diócesis, que ahora es conducida desde el exilio por el obispo Rolando Álvarez, ha sido un blanco recurrente del gobierno nicaragüense. Álvarez, conocido por su crítica abierta al régimen de Ortega, fue despojado de su nacionalidad y enviado a Roma a principios de este año, en lo que muchos consideran un exilio forzado.
El primer arresto del fin de semana tuvo lugar el sábado 10 de agosto, cuando el padre Leonel Balmaceda, párroco de la Parroquia Jesús de Caridad en La Trinidad, Estelí, fue detenido. Junto a él, también fue arrestada Carmen Sáenz, una colaboradora de la Curia de Matagalpa. Al día siguiente, el padre Denis Martínez, vicario de la Parroquia Catedral de Matagalpa, fue aprehendido. Estas detenciones, aunque lamentables, no son sorprendentes en un contexto donde la represión contra la Iglesia Católica ha ido en aumento.
Un Clima de Represión y Miedo
La detención de los dos sacerdotes es parte de una estrategia de acoso sistemático que, según observadores internacionales, busca silenciar a las voces críticas dentro de la Iglesia. «Los secuestros de sacerdotes por órdenes de [Rosario] Murillo continuarán. Al menos 10 sacerdotes de la Diócesis de Estelí y Matagalpa ya están en la mira», afirmaron fuentes cercanas a la Iglesia en declaraciones recogidas por InfoCatólica. Este clima de temor y represión ha provocado que muchos sacerdotes y líderes laicos vivan con el constante miedo a ser detenidos.
Este hostigamiento no se limita a detenciones arbitrarias. La semana pasada, siete sacerdotes nicaragüenses fueron expulsados del país y recibidos en Roma. Este hecho generó una rápida reacción por parte de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), que en un comunicado difundido en la red social X (anteriormente conocida como Twitter), expresó: «Celebramos su libertad, subrayando que las violaciones a la libertad de religión deben cesar inmediatamente».
Golpe a Cáritas y Otras Organizaciones
Además de las detenciones, el gobierno nicaragüense continuó con su ofensiva al cancelar la personalidad jurídica de 15 organizaciones no gubernamentales, incluyendo Cáritas Diocesana de Matagalpa, una de las ocho sucursales de Cáritas en Nicaragua. La decisión fue publicada en el Diario Oficial La Gaceta de Nicaragua y aprobada por la ministra del Interior, María Amelia Coronel.
De las 15 ONG afectadas, seis, incluida Cáritas de Matagalpa, fueron ilegalizadas unilateralmente, y sus bienes serán confiscados por el Estado. Las otras nueve organizaciones optaron por disolverse voluntariamente para evitar el mismo destino.
La medida contra Cáritas es un golpe significativo para la labor social de la Iglesia Católica en Nicaragua. Cáritas es reconocida por su trabajo humanitario en diversas áreas, incluyendo la ayuda a los más necesitados, la promoción de la justicia social y la asistencia en emergencias. Su desaparición forzada en Matagalpa es un reflejo del intento del gobierno de Ortega por acallar cualquier voz disidente y neutralizar las redes de apoyo que la Iglesia ha construido a lo largo de los años.
La Diócesis de Matagalpa en la Mira
La Diócesis de Matagalpa, dirigida ahora desde el exilio, ha sido un símbolo de resistencia frente a la creciente represión. El obispo Rolando Álvarez, quien se encuentra en Roma tras ser excarcelado y expatriado, ha sido una figura destacada en la defensa de los derechos humanos y la libertad religiosa en Nicaragua. Su destierro es una muestra del precio que la Iglesia está pagando por su postura crítica.
En resumen, los arrestos de los sacerdotes Leonel Balmaceda y Denis Martínez, junto con la cancelación de Cáritas de Matagalpa, son indicativos de una escalada en la represión gubernamental que tiene como objetivo debilitar a la Iglesia Católica en Nicaragua. A medida que el gobierno de Ortega intensifica su ofensiva, la comunidad internacional sigue observando con preocupación, mientras la Iglesia en Nicaragua resiste con dignidad y valentía frente a una persecución que parece no tener fin.
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