La sotana o hábito talar es el uniforme sacerdotal por excelencia, utilizado por los sacerdotes para señalar su consagración y pertenencia a Dios. A pesar de que ha sido olvidado e incluso despreciado en los últimos decenios, su impacto en la sociedad es tan grande que muchos regímenes anticristianos la han prohibido expresamente.
El padre Jaime Tovar Patrón, coronel capellán y historiador del sacerdocio castrense, destaca las siete ventajas de la sotana:
Pro memoria constante del sacerdote
La sotana es un símbolo constante, una señal o una bandera que indica la consagración del sacerdote. Mientras aquellos que visten de manera seglar pueden pasar desapercibidos entre la multitud, aquellos que portan la sotana destacan y son fácilmente identificables como representantes de la Iglesia. El hábito denuncia su identidad y lo obliga a no permanecer neutral. De esta forma, el sacerdote debe elegir entre ser un mártir o un traidor si se presenta la ocasión.
Presencia de lo sobrenatural en el mundo
La simple presencia de una sotana siempre provoca algo en aquellos que rodean a la persona que la lleva. Despierta una sensación de lo sobrenatural sin la necesidad de predicar o decir una palabra. Alienta a aquellos que tienen una buena relación con Dios, alerta a aquellos que sienten el peso de su conciencia, y hace que aquellos que están lejos de Dios se arrepientan. Las relaciones del alma con Dios no están limitadas al templo y muchas personas no asisten a la iglesia. ¿Qué mejor manera de llevar el mensaje de Cristo a estas personas que a través de un sacerdote consagrado que lleva su sotana?
Gran utilidad para los fieles
El ministerio sacerdotal no se limita a la administración de los sacramentos dentro de las paredes del templo, sino que se extiende a lo largo de todo el día, las 24 horas. El pueblo de Dios tiene derecho a recibir la asistencia de un sacerdote, y esto se vuelve más fácil si se puede reconocer al sacerdote entre las demás personas, llevando éste una señal externa.
Para preservar de muchos peligros
La sotana fortalece la vocación y reduce las tentaciones de pecado tanto para quien la lleva como para aquellos que lo rodean. Prácticamente ningún hombre que ha abandonado el sacerdocio lo ha hecho el día antes de dejar de usar la sotana.
Ayuda desinteresada a los demás
Al sacerdote se le considera como el hombre de Dios por el pueblo cristiano, que no busca su propio beneficio, sino el de su comunidad parroquial. La sotana y los hábitos religiosos son una especie de llave que abre puertas, incluso las más altas, ante la cual las personas se muestran receptivas y dispuestas a recibir ayuda espiritual. Con el transcurso del tiempo, la sotana ha adquirido un prestigio acumulado gracias a los sacrificios y la abnegación de aquellos que la han llevado con dedicación y respeto.
Impone moderación en el vestir
La Iglesia siempre ha protegido a sus sacerdotes del peligro de parecer ostentosos o superiores a los demás, dándoles un hábito sencillo que no deja lugar para el lujo o la vanidad. La sotana es una prenda única que cubre desde el cuello hasta los pies, de un solo color negro y con una forma única de saco. Los adornos están destinados exclusivamente para el templo, ya que no embellecen a la persona, sino al ministro de Dios, enfatizando así las ceremonias sagradas de la Iglesia.
Cuando un sacerdote se viste de manera secular, la vanidad puede afectarlo como a cualquier otra persona: las marcas, la calidad del tejido, los colores pueden influir en su comportamiento. Colocándose a nivel del mundo, la persona estará a merced de sus gustos y de sus caprichos. La moda no debe dictar la manera en que los sacerdotes se visten. Si los sacerdotes visten de manera secular, su voz perderá la autoridad que se asocia con el profeta vestido de pieles de camello que gritaba en el desierto.
La sotana es un ejemplo de obediencia tanto al espíritu como a la legislación.
El sacerdote, al formar parte del Santo Sacerdocio de Cristo, debe ser un modelo de humildad, obediencia y abnegación, tal como lo fue nuestro Salvador. La sotana ayuda al sacerdote a vivir la pobreza, la humildad en su vestimenta, la obediencia a las normas de la Iglesia y el desapego a las cosas materiales del mundo.
Al vestir la sotana, el sacerdote difícilmente olvidará su papel importante y su sagrada misión, evitando así confundir su estilo de vida con el del mundo. Además, la sotana es un signo de pertenencia a la Iglesia y de fidelidad a la doctrina, lo que ayuda a reforzar la identidad del sacerdote y su compromiso con la fe.
En resumen, la sotana es un signo externo de la consagración y pertenencia del sacerdote a Dios y a la Iglesia, que tiene numerosos beneficios tanto para el propio sacerdote como para los fieles. Aunque su uso se ha ido reduciendo en los últimos años, su importancia sigue siendo vital para la misión de la Iglesia en el mundo.