La Virgen Maria es temida por el Diablo
La influencia de la Virgen María en la lucha contra el mal es indiscutible. Su santo nombre es una poderosa arma espiritual que provoca miedo en el diablo. A continuación, te presentamos seis razones por las que el maligno huye ante el nombre de María.
- La humildad y santidad de María: La Virgen es un modelo de humildad y santidad, cualidades que contrastan con el orgullo y la rebeldía del demonio. Su vida dedicada a Dios y su entrega total a su voluntad la convierten en un enemigo temible para el diablo, quien se siente amenazado por su bondad y pureza.
- La elevación de María a Reina del Cielo: Mientras que Lucifer perdió su lugar en el Cielo debido a su rebelión, María fue elevada a la dignidad de Reina del Cielo. Su glorificación es un recordatorio constante para el demonio de su caída y derrota.
- La Estrella de la Mañana de la Redención: El diablo fue creado para ser la Estrella de la mañana angélica, pero perdió ese título debido a su rebelión. María, en cambio, se convirtió en la Estrella de la Mañana de la Redención, anunciando la llegada del Mesías y la salvación del género humano.
- La aceptación y acogida del Hijo de Dios: Mientras que Lucifer rechazó la encarnación del Hijo de Dios, María no sólo lo aceptó sino que lo acogió en su seno, convirtiéndose en la Madre de Dios. Esta relación íntima y privilegiada entre María y Jesús acentúa el temor del demonio hacia la Virgen.
- La transformación de María en un ser superior a los ángeles: Aunque María es un ser material, gracias a su santidad y a la gracia de Dios, se convirtió en un ser superior a los ángeles. Esto es un recordatorio constante para el diablo de su derrota, ya que él, siendo un ser espiritual, se convirtió en una bestia moral.
- El poder intercesor de María: La Virgen María es conocida como la gran intercesora ante Dios en favor de sus hijos, y su intercesión es especialmente efectiva en la lucha contra el mal. El diablo sabe que María es una mediadora poderosa y teme su influencia en la protección y salvación de las almas.
El santo nombre de María es un refugio seguro en la lucha contra el mal. No dudes en invocarla en momentos de tentación o dificultad, pues su amor y protección son un escudo contra las asechanzas del demonio. ¡María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
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