Persecución religiosa en Libia contra los cristianos
La situación en Libia se ha agravado en los últimos días, después de que la Agencia de Seguridad Interna del país lanzara una campaña de arrestos en la ciudad de Trípoli. Los detenidos son ciudadanos libios y extranjeros acusados de apostasía del Islam y por predicar el cristianismo, lo que ha provocado la alarma en la comunidad internacional.
Las autoridades de Libia han sido muy cautelosas en ofrecer información sobre el número de detenidos, y se han limitado a publicar únicamente sus iniciales. La agencia difundió un video en el que se tapaban los rostros de los detenidos, incluyendo a una niña libia, dos estadounidenses y un pakistaní.
Los dos ciudadanos estadounidenses trabajaban en una escuela internacional de Trípoli y fueron acusados de convertirla en un centro de predicación cristiana. La agencia del gobierno señaló que la organización a la que pertenecían juega un papel importante en «seducir a los libios de varias maneras» para que se desvíen de la religión islámica.
El comunicado oficial de la Agencia de Seguridad Interna afirmó que la religión islámica es la base sólida de la identidad nacional libia y que cualquier violación o abuso de ella es considerado un acto hostil que atenta contra la seguridad nacional.
El número de cristianos en Libia es muy bajo, apenas el 0.5% de la población, y sufre una gran persecución. Según Open Doors, durante el último año 200 cristianos fueron sometidos a violencia física y psicológica, 19 fueron secuestrados y otros 15 detenidos. Ocho instalaciones cristianas, incluidas iglesias, fueron atacadas directa o indirectamente.
La situación en Libia es especialmente preocupante debido a la gran influencia del eje Turquía-Qatar, que apoya al islam político, especialmente en Trípoli y el oeste del país. El Islam político reemplaza las leyes o las interpreta de manera diferente para que sean estrictas con otras religiones, lo que somete a una gran presión a las minorías religiosas en el país.
Cabe destacar que el comunicado emitido ayer jueves confirma el traslado de los detenidos al Ministerio Público, lo que aumenta el riesgo de que se aplique la pena de muerte en caso de ser declarados culpables. La comunidad internacional debe hacer un llamado a las autoridades libias para que respeten los derechos humanos y la libertad religiosa en el país. La persecución religiosa no puede ser tolerada en ninguna parte del mundo.
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