Nicaragua: Iglesia Católica Bajo Asedio. Más de 80 Sacerdotes en el Exilio
En medio de la creciente represión por parte del régimen sandinista en Nicaragua, la Iglesia Católica se enfrenta a una crisis sin precedentes. En lo que va del año 2023, más de 84 sacerdotes han sido forzados al exilio, y el cierre del año trajo consigo la angustiosa noticia del secuestro de un tercer seminarista, Francisco Castiblanco, de la Diócesis de Jinotega.
Martha Patricia Molina, una investigadora que documenta los ataques contra la Iglesia Católica en Nicaragua, fue quien denunció el secuestro de Castiblanco. Según su reporte, el joven seminarista fue arrebatado por agentes de la Policía y paramilitares al servicio del régimen sandinista, dejando a su familia y comunidad en la incertidumbre. Hasta el momento, no se ha presentado ninguna acusación formal en su contra, lo que aumenta la preocupación por su bienestar.
La persecución no se limita a seminaristas; sacerdotes y religiosos de diversas diócesis en el país también son blanco de vigilancia y hostigamiento por parte de las autoridades. Esta situación ha llevado a la cancelación de misas y actividades religiosas, ya que los líderes de la Iglesia temen ser secuestrados y encarcelados, tal como ha ocurrido con más de 15 prelados que actualmente se encuentran detenidos en las prisiones del régimen de Ortega Murillo.
El exilio se ha convertido en la única opción para algunos sacerdotes, como el Padre Fernando Téllez Báez de la Arquidiócesis de Managua. La intensificación de la persecución política contra la Iglesia Católica lo llevó a tomar la dolorosa decisión de abandonar su patria para evitar ser encarcelado. El cierre de la parroquia Nuestra Señora de las Américas en Managua, donde servía el Padre Fernando, generó preocupación entre los feligreses, quienes temían por la seguridad del sacerdote ante la sancionada Policía Sandinista.
A finales de 2023, un total de 84 sacerdotes de la Iglesia Católica nicaragüense se encuentran fuera de su país debido a la persecución. Doce de ellos fueron desterrados, 34 se vieron obligados al exilio debido a la represión estatal, y otros 24 no pudieron regresar al país después de viajar al extranjero. Mientras algunos huyen en busca de seguridad, otros 18 sacerdotes, incluyendo a tres seminaristas y dos obispos, se encuentran en manos de la dictadura, enfrentando un futuro incierto.
La Iglesia Católica de Nicaragua, a pesar de los desafíos y la persecución, continúa siendo un faro de esperanza y resistencia para aquellos que buscan la verdad y la justicia en medio de tiempos turbulentos. La comunidad internacional sigue atenta a la situación en Nicaragua, instando a un respeto absoluto de los derechos humanos y religiosos en el país.
