Obispos de Francia declaran guerra a las Bendiciones a Parejas Homosexuales
En un sorprendente acto de claridad y firmeza, los obispos de la Provincia Eclesiástica de Rennes, Francia, han emitido un comunicado en el que solicitan que no se impartan bendiciones a «parejas» homosexuales o irregulares, sino únicamente a individuos. Esta declaración marca un interesante paso en la crítica episcopal y la aclaración de la Fiducia Supplicans.
El comunicado reza:
«En nuestra sociedad, donde el matrimonio ha sido trivializado al convertirse en una noción del derecho civil que ignora la especificidad fundacional de la diferencia sexual, tenemos la misión de afirmar proféticamente, ‘con gentileza y respeto’ (1 Pedro 3:16), la gran belleza del diseño de Dios que creó al ser humano, hombre y mujer, y que Cristo recordó. En este contexto, es correcto, como enfatiza la Declaración, no contribuir a crear ‘confusión’ (n. 4, 5, 30, 31, 39) o ‘escándalo’ (n. 30, 39). Por esta razón, es apropiado bendecir espontáneamente, de manera individual, a cada una de las dos personas que forman una pareja, cualquiera sea su orientación sexual, y que humildemente solicitan la bendición de Dios, con el deseo de conformarse cada vez más a su santa voluntad.»
Los obispos que respaldan esta declaración son:
Mons. Pierre d’Ornellas, Arzobispo de Rennes
Mons. Raymond Centène, Obispo de Vannes
Mons. Emmanuel Delmas, Obispo de Angers
Mons. Laurent Dognin, Obispo de Quimper
Mons. François Jacolin, Obispo de Luçon
Mons. Denis Moutel, Obispo de Saint-Brieuc
Mons. Laurent Percerou, Obispo de Nantes
Mons. Jean-Pierre Vuillemin, Obispo de Le Mans
Mons. Jean Bondu, Obispo Auxiliar de Rennes
Frédéric Foucher, Administrador Diocesano de Laval
Esta declaración de la Provincia Eclesiástica de Rennes resalta la importancia de mantener la enseñanza tradicional de la Iglesia sobre el matrimonio y la complementariedad entre hombre y mujer, mientras busca ofrecer bendiciones individuales a las personas, independientemente de su orientación sexual, que buscan estar en conformidad con la voluntad de Dios. Este posicionamiento es un ejemplo de cómo la Iglesia enfrenta los desafíos contemporáneos manteniendo sus enseñanzas fundamentales.
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