• 08/09/2024

Opinión del Padre Fortea sobre la Inteligencia Artificial

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La reflexión del Padre Fortea sobre por qué «es imposible» crear una verdadera inteligencia artificial.

El Padre José Antonio Fortea, doctor en Teología, plantea su perspectiva sobre la imposibilidad de crear una verdadera inteligencia artificial (IA). El sacerdote aborda este tema desde una perspectiva basada en la fe en Dios y argumenta que, para aquellos que creen, la ciencia no puede generar una racionalidad genuina.

El sacerdote destaca que, aunque los programas informáticos pueden ser impresionantes, las computadoras operan según las directrices programadas en ellas, sin salirse de esos límites. Utiliza el ejemplo de una calculadora que, aunque pueda ofrecer resultados sorprendentes, sigue funcionando dentro de su programación original, incluso en operaciones complejas.

Si bien reconoce que las máquinas pueden «aprender» hasta cierto punto, sostiene que no pueden compararse con los seres humanos, quienes poseen racionalidad. Según el padre Fortea, todo lo que aprenden las máquinas sigue los caminos preestablecidos en su programación, como una bola que cae por los surcos determinados por un programa diseñado por la inteligencia humana.

El concepto de inteligencia artificial (IA) se refiere a la combinación de algoritmos para crear máquinas, programas o dispositivos que imiten las capacidades de razonamiento humanas. En los últimos meses, la IA ha ganado popularidad, y herramientas como ChatGPT, que puede generar textos, y Midjourney, que permite crear imágenes, están ampliamente disponibles en Internet.

Sin embargo, destacados expertos, como el Dr. Eugene Gan y el investigador Geoffrey Hinton, plantean cuestionamientos y preocupaciones sobre la IA, señalando que, aunque pueda parecer humana, carecerá de un alma y su desarrollo debe ser controlado para evitar peligros potenciales.

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El Padre Fortea subraya que, desde la perspectiva de los creyentes, la verdadera racionalidad no puede ser creada, ya que es propia de un espíritu. Afirma que la capacidad de pensar y reflexionar está vinculada a la existencia de un yo, de una persona, y sostiene que los seres humanos no pueden crear personas de forma artificial, ya que esa capacidad es otorgada por Dios.

Aunque la IA se reduce a electricidad corriendo por circuitos, el padre Fortea plantea que la posibilidad de desarrollar programas de IA que parezcan humanos generaría problemas morales, equiparando la desconexión de un ser racional con el acto de matar a alguien, con la diferencia de que en este caso la duración de ese ser sería indefinida.

En otra parte de su reflexión, el sacerdote critica la dependencia excesiva de los teléfonos móviles en la sociedad actual, afirmando que las personas están «encadenadas» a sus dispositivos y que estos han contribuido al aislamiento humano, transformando a las personas en avatares y alejándolas cada vez más de la realidad.

Además, advierte sobre la «esclavitud» de las personas que se sumergen en un mundo de fantasía, alejándose aún más de la vida real, y destaca el impacto negativo que el desarrollo de programas de IA puede tener en el empleo. El Padre Fortea lamenta que, en lugar de orientarse desde la fe.

 

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