• 23/01/2025

Papa Francisco vuelve a decir no a la ordenación de mujeres

Papa Francisco

El Papa Francisco ha sido entrevistado por Disney en un documental en el que ha abordado diversos temas, entre ellos la cuestión de la ordenación sacerdotal de mujeres y el papel de la mujer en la iglesia. En esta entrevista, el Papa ha dejado clara su postura sobre la ordenación de mujeres, reiterando que no es una opción viable dentro de la Iglesia católica. Además, ha afirmado que el puesto de Papa nunca podrá ser ocupado por una mujer, aunque ha reconocido la importancia del papel que desempeñan las mujeres en la Iglesia.

La Iglesia Católica ha dejado claro su postura con respecto a la ordenación sacerdotal de mujeres desde hace mucho tiempo, pero recientemente ha habido un recordatorio más enfático de su posición. En 1994, el Papa Juan Pablo II emitió la Carta apostólica Ordinatio sacerdotalis, en la que se afirmaba que la Iglesia no tiene la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres. Esta doctrina fue considerada definitiva por todos los fieles, y ahora, casi 30 años después, el Papa Francisco ha recordado esta postura en una entrevista/documental con Disney. En ella, el Papa deja claro que el papel de la mujer en la iglesia es muy importante, pero no puede incluir la ordenación sacerdotal o la posibilidad de que una mujer se convierta en Papa. Este artículo profundizará en la posición de la Iglesia Católica y su justificación teológica para esta postura. Además, se abordará la discrepancia entre católicos y otros cristianos en cuanto a la ordenación de mujeres al sacerdocio.

La negativa a la ordenación femenina en la Iglesia Católica se basa en dos argumentos principales: el primero, que apela a la Tradición y a la actitud de Cristo y de los apóstoles; el segundo, que se apoya en la teología sacramental y el simbolismo sacramental. En cuanto a la Tradición, se sostiene que Jesucristo no llamó a ninguna mujer a formar parte de los doce, y que los apóstoles siguieron la misma práctica, a pesar de que María Santísima ocupaba un lugar central en la comunidad. Se argumenta que el sacerdocio ministerial es signo sacramental de Cristo Sacerdote y Víctima, y que la mujer no es signo adecuado de Cristo Sacerdote y Víctima, por lo que no puede ser sacerdote ministerial. En cuanto al simbolismo nupcial, se argumenta que Cristo es presentado como el Esposo de la Iglesia, y que sólo un varón representa adecuadamente a Cristo-varón. El Magisterio católico ha mantenido de forma firme e invariable la negativa sobre la posibilidad de la ordenación femenina, y lo ha hecho en documentos de carácter definitivo.

La principal razón por la cual las mujeres no pueden ser sacerdotes en la Iglesia Católica es debido a la Tradición. El Magisterio católico ha mantenido de forma firme e invariable la negativa sobre la posibilidad de la ordenación femenina, apelando a la voluntad de Cristo sobre la constitución esencial de su Iglesia y sacramentos. En la historia de la Iglesia, los apóstoles siguieron la praxis de Jesús respecto al ministerio sacerdotal, llamando sólo a varones, a pesar de que María Santísima ocupaba un lugar central en la comunidad de los primeros discípulos.

Además, la mujer no es considerada signo adecuado de Cristo Sacerdote y Víctima. El sacerdote ministerial, especialmente en su acto central que es el Sacrificio Eucarístico, es signo de Cristo Sacerdote y Víctima. Los signos sacramentales están fundados sobre signos naturales que representan o significan por una natural semejanza. Si en la Eucaristía es necesario expresar sacramentalmente el rol de Cristo, sólo puede darse una “semejanza natural” entre Cristo y su ministro si tal rol es desempeñado por un varón. De hecho, la Encarnación del Verbo ha tenido lugar en una Persona de sexo masculino. Por tanto, sólo un varón representa adecuadamente a Cristo-varón.

Otro argumento que apoya la negativa a la ordenación femenina es el simbolismo nupcial de Cristo como Esposo de la Iglesia. El sacerdote, como vicario de Cristo, participa de esta dimensión esponsalicia y representa al Esposo de la Iglesia. Por tanto, la mujer no puede desempeñar esta función sacramental ya que su cuerpo no es signo adecuado del Esposo de la Iglesia.

En resumen, la negativa a la ordenación femenina se fundamenta en la Tradición y en la teología sacramental. La Iglesia católica mantiene la decisión firme e invariable de que la ordenación sacerdotal sólo puede ser conferida a varones, como ha sido la práctica desde los tiempos de Jesús y los apóstoles.