Peregrinación a la ciudad de Francisco de Asis:
San Francisco quiere imitar a Cristo «servidor” desde la humildad del Diácono que ayuda al Sacerdote. Este abajamiento de Francisco se debe a que el Santo italiano veía al Hijo de Dios en los Sacerdotes y los consideraba sus señores.
Francisco advierte a los fieles, que diariamente es el Señor quien desciende del seno del Padre al altar en manos del sacerdote para nuestra salvación bajo una pequeña forma de pan (…) (CtaO 27-28) alertando de la herejía de los cátaros que no ven a Cristo en la Eucaristía.
En su memoria está presente siempre la humildad de la encarnación y la caridad de la pasión por lo que quiere parecerse a Cristo pobre y crucificado. Tanto es así que recibió la impresión de las llagas en el Monte Alverna, a 100 km de la ciudad de Asís, en septiembre de 1224. San Antonio de Padua predicaba en esos días sobre la palabra INRI. La impresión de las llagas por el serafín de seis alas inundó a Francisco de alegría inmensa, pero fueron dolorosas por espacio de dos años.
Según el fraile San Buenaventura, Doctor de la Iglesia, Francisco recibió las llagas un día próximo a la fiesta de la exaltación de la Santa Cruz. Las llagas no se formaron repentinamente si no que fueron apareciendo poco a poco según el biógrafo Tomás de Celano. (1Cel 94)
También fray Elias escribe sobre el aspecto de las llagas, aunque Francisco trataba de mantenerlas en secreto. Se afirma que de las llagas del costado a veces, no siempre, desfilaba sangre. Después de muerto la multitud de la ciudad de Asís pudo admirar las llagas; igual que santa Clara y sus hijas en su última despedida.
1 -8 septiembre 2019
Peregrinación franciscana a Asís, Monte alverna y alrededores, últimas plazas.
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Artículo escrito por @ofsmadrid
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