PAPA FRANCISCO
En una nueva declaración del Papa Francisco, advierte sobre el peligro del consumo de pornografía en sacerdotes y monjas. El Papa hizo esta declaración en respuesta a una pregunta sobre el uso de medios digitales y las redes sociales en una audiencia en el Vaticano. El Papa señaló que la pornografía es un problema no solo para sacerdotes y monjas, sino también para muchos laicos. Según el Papa, la pornografía es un vicio que debilita el corazón sacerdotal.
Varios sacerdotes irlandeses respaldan la postura del Papa y destacan la importancia de abordar el problema de la pornografía. El Padre Jerald David, de la Iglesia de San José en Aghamore, dice que la naturaleza humana es la misma en cualquier país y que la pornografía es una lucha constante para cualquiera. El Padre David ha hablado en misa sobre los peligros de la pornografía y la considera un mal social que ha causado divisiones en las familias.
Por otro lado, el Obispo Pat Buckley, de la diócesis de Offaly, también señaló que la pornografía es un problema grave en Irlanda. El Obispo Buckley dice que el Papa no se da cuenta de la magnitud del problema de la pornografía. Él cree que muchos seminaristas han tenido problemas con la pornografía y que la aplicación de citas Grindr es especialmente popular entre sacerdotes jóvenes. El Obispo Buckley también ha tenido experiencias con monjas que se involucran sexualmente con hombres.
El Papa Francisco ha sido un fuerte defensor de la lucha contra la pornografía. En junio, advirtió que la pornografía es una «amenaza para la salud pública» y un «ataque permanente a la dignidad de hombres y mujeres». En su reciente declaración, el Papa alentó a los seminaristas a no sucumbir a la tentación de la pornografía y pidió a los sacerdotes y monjas que borren cualquier contenido pornográfico que puedan tener en sus teléfonos.
El problema de la pornografía en la Iglesia no es nuevo. Muchos sacerdotes y monjas han sido acusados de consumir pornografía en el pasado. A medida que la tecnología ha avanzado, el problema se ha vuelto más prevalente y difícil de controlar. Es importante que la Iglesia reconozca este problema y tome medidas para abordarlo.
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