Qué hermoso repetir lo que decía San Estanislao: “La Madre de Dios es también madre mía”.
Oración a Santa María Madre de Dios:
Santa María, Madre de Dios, consérvame un corazón de niño, puro y cristalino como el tuyo. Dame un corazón sencillo que no se quede en las tristezas; un corazón grande para entregarse por completo, tierno en la compasión; un corazón fiel y generoso que no olvide ningún bien ni guarde rencor por ningún mal.
Fórmame un corazón manso y humilde, que ame sin pedir nada a cambio, gozoso al desaparecer en otro corazón ante tu divino Hijo; un corazón grande e indomable que con ninguna ingratitud se cierre, que con ninguna indiferencia se canse; un corazón que construya todo sobre la roca de Jesús, que toda su vida sea poner en el centro a Dios y todo se ordene para hacer su santa voluntad, un corazón que alabe, que adore a Cristo nuestro Señor, por los siglos de los siglos.
Amén
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