Hermano profeso capuchino, que fue limosnero durante cuarenta años dando ejemplo de humildad y caridad en la ciudad de Cagliari (Cerdeña). Dios le enriqueció con especiales dones sobrenaturales que le atrajeron el aprecio de todas las clases sociales. Lo canonizó Pío XII en 1951.
De el dicen: Nosotros vemos mendigar todos los días por la ciudad a un santo viviente, que es un fraile laico de los Capuchinos y que se ha ganado con muchos milagros la veneración de sus compatriotas.
Ignacio de Láconi, a quien los habitantes de Cagliari llamaban padre santo. Humilde mendicante que era como el mar que recibía el agua de todas partes y después la distribuía como lluvia, a toda la sierra. Francisco Ignacio Vicente Peis, segundo de nueve hermanos, nació en Láconi (Cerdeña) el 17 de noviembre de 1701. Los padres, pobres materialmente, pero ricos humana y cristianamente, le educaron en el cumplimiento de los preceptos cristianos. Desde muy joven Ignacio practicaba severas mortificaciones.
Dos años antes de su muerte, acaecida el 11 de mayo de 1781, quedó ciego, pero siguió observando escrupulosamente la vida común con todas las reglas del convento. Durante su vida fue dotado de extraordinarios carismas, y después de la muerte su fama de taumaturgo se difundió cada vez más con la repetición de los milagros que se obtenían por su intercesión. Pío XII lo beatificó en 1940, y lo canonizó el 21 de octubre de 1951.
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