San Esteban de Lyon.
Su fama de santidad no es fruto de la imaginación: vivió en Lyón a fines del siglo V y comienzos del sexto, sede de la que fue el 23º obispo, luego de Rústico, a quien sucedió no por la muerte de éste sino porque él mismo lo nombró sucesor cuando en el 494 tuvo que emprender una misión para el rey ostrogodo Teodorico.
No sabemos mucho de su episcopado, pero habla de él en terminos muy encomiásticos san Enodio de Pavía, quien fue su personal amigo, y se encomienda a sus oraciones en términos muy elogiosos. También san Avito de Vienne habla en una de sus cartas (XXIV) de san Esteban con admiración por la piedad y celo que desplegó en su ministerio, y lo evoca especialmente en relación a la conversión de un donatista.
Necesitamos de tu ayuda para seguir con Tekton. ¡Ayúdanos! Gracias y que Dios te bendiga.