Una anécdota de la vida del santo del día:
Religioso español, fundador de la orden de los Dominicos.
Santo Domingo contaba que vio a la Virgen sosteniendo en su mano un rosario y que le enseñó a recitarlo; le dijo que lo predicara por todo el mundo, prometiéndole que muchos pecadores se convertirían y obtendrían abundantes gracias.
El Santo se levantó muy consolado y abrazado de celo por el bien de estos pueblos, entró en la Catedral y en ese momento sonaron las campanas (por intervención de los ángeles) para reunir a los habitantes.
Al principio de la predicación se levantó una espantosa tormenta, la tierra tembló, el sol se nubló y los repetidos truenos y relámpagos hicieron estremecer y palidecer a los oyentes.
La tormenta cesó al fin por las oraciones de Santo Domingo. Continúo su discurso y explicó con tanto fervor y entusiasmo la excelencia del Santo Rosario, que los moradores le abrazaron casi todos, renunciando a sus errores, viéndose en poco tiempo, un gran cambio en la vida y costumbres de la ciudad.
La oración al santo del día 8 de Agosto:
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