Tenemos de todo es una evidencia, no nos falta de nada, podemos comer cada día, tenemos acceso a internet… Si nos comparamos con generaciones pasadas realmente podemos decir que tenemos de todo, sin embargo, nos quejamos más que nunca, ¿A qué se debe esta situación? La razón es sencilla tenemos de todo, pero nos falta lo más importante, nos falta Dios. Y mientras tengamos de todo, aunque siga aumentando lo que tenemos, nos seguiremos quejando porque nos falta Dios, y nuestro corazón continuará intranquilo porque no se encontrará satisfecho.
El mundo con todos sus avances tecnológicos, médicos, y en general con todos sus adelantos científicos no ha conseguido acabar con esta necesidad del hombre y de la mujer de nuestro tiempo. La ciencia no ha sido capaz de sacar la necesidad de Dios del corazón humano. Ni lo conseguirá. El hombre tiene un corazón demasiado grande para conformarse con ese «todo» tecnológico, y ese «todo» de bienestar que ofrece el mundo. El corazón del hombre es un corazón condenado a la infelicidad mientras no tenga a Dios en su interior.
Parece que estamos esperando que una fórmula matemática, un invento científico,o una medicina especial nos quite esta necesidad que tenemos y que este mundo ateo no sabe subsanar. Pensamos que está bien cerca el próximo avance que nos va a dejar felices. Sin embargo, nunca llega, y mientras tanto, el mundo parece que esta muerto. Parece que la tierra la habiten millones y millones de muertos. Muertos porque han perdido toda esperanza, muertos porque no creen en nada, muertos porque no son capaces de transmitir vida, pero también muertos porque engendran muerte a su alrededor. Aborto y eutanasia son los signos que describen mejor esta sociedad de muertos.
Podríamos decir que tenemos de todo pero no tenemos vida, por eso nos seguimos quejando. Aunque nos quejamos mal. Nos quejamos porque no podemos alquilar un piso más grande, o porque no podemos ir a un mejor restaurante a comer, o porque no me funciona bien internet, o porque este móvil que me compre el año pasado ya está obsoleto. Nos quejamos y con razón, pero nos quejamos mal. Nos quejamos mal porque nada de esto dejará satisfecho nuestro corazón. Todo esto es humo que esconde la realidad que necesitamos y realmente ansiamos. Esta cortina de humo no nos deja ver que eso no es lo que estamos buscando. Sabes que nos falta algo, pero no sabemos qué. Y lo que nos falta es Dios. Nos sobran metros cuadrados en el piso, nos sobran megas de la fibra óptica, nos sobran caballos en el coche, nos sobra comida, nos sobra ropa y nos falta Dios.
Por ello aunque tengamos de todo nos quejamos y con razón. Las generaciones pasadas nos podrían decir: «Nosotros no teníamos nada, pero éramos felices», eran felices porque Dios estaba más presente en sus vidas. Hoy pudiera parece que no esta presente, pero a pesar de los esfuerzos de muchos, Dios se hace patente, Dios sale a tu encuentro para darte la oportunidad de abrazarlo. Es curioso, para conseguir todo lo que queremos debemos pasar muchas horas trabajando, sufriendo, y pasando algún sacrificio, sin embargo, lo que realmente te va a dar la felicidad que buscas es gratis, no cuesta nada, solo un poco de humildad, de esa humildad que engendra amor en el alma, de esa humildad que hace grande al hombre, de esa humildad que es tan divina… y por desgracia tan poco humana.
Tenemos de todo, incluso el derecho de quejarnos porque nos parece que no tenemos nada. «Solo Dios basta»
Marcos Vera Pérez
Tenemos de todo y nos quejamos, con razón https://t.co/4xpIHsfWDD via @productoratekto
— Marcos Vera Pérez (@MarcosVeraPrez1) July 18, 2018
Ayuda a tekton a seguir trabajando, un pequeño donativo al mes significa mucho para nosotros, gracias