El testimonio cristiano de José el héroe pobre:
En las calles mas singulares de Barcelona donde muchos de nuestros jóvenes salen por la noche a divertirse para «salir de marcha” y disfrutar de una noche para olvidar vemos que entre la cantidad de turistas que acuden a esta ciudad a divertirse no todos se divierten.
Entre esta muchedumbre encontramos a José un hombre de unos 45 años sentado en el suelo entre medio de 2 bares. Parece ser que nadie se da cuenta que él esta allí y sin divirtiéndose como el resto, sino sufriendo y viviendo entre cartones.
Encima de los cartones tenia una manta muy bien colocada, como si de una cama se tratase. Sentado en ella con una mochila al lado y todas sus pertenencias. Con ganas de terminar este sufrimiento de vida y triste al ver que para él ya no hay un futuro.
El Señor esa noche le hizo una visita a través de las jóvenes de Santa Maria que se acercaron a Él y le preguntaron: ¿Cómo estas José?
Cerca de él algunas de nosotras en el grupo estaban rezando el Rosario por aquel hombre que parecía desgarrado de la vida, rezábamos para que la Virgen y San José le ayudaran en sus necesidades… pero son tantas!!
Nadie se imaginaba que su mayor necesidad era hablar con alguien de Dios. Que se sentía solo e incomprendido y que más que nada necesitaba que alguien le animara a seguir con su lucha, Dar un sentido a su sufrimiento y ver que todo en esta vida tiene una gran recompensa.
Nuestro amigo José aceptó que nos acercáramos y habláramos con él. Se puso muy contento porque tenía una petición que en su corazón le producía mucha alegría y es que quería irse al cielo con Jesús.
Al escuchar eso inmediatamente le dije:- ¿Ya estas preparado para irte al cielo?, ¿estás en Gracias de Dios?. Si es así iras cuando él quiera pero mientras tanto tienes una gran misión: Ofrece todo tu sufrimiento para salvar a las almas! Estos jóvenes que pasan delante de ti todos los días y que ves como sus vidas se apagan.Y cuando pasen los años y lleguen al Cielo no se podrán creer que gracias a ti, el pobre por el que todos pasaban por delante, aquél al que todos ignoraban ofrecía todo su sufrimiento para poderlos salvar!
A José se le abrieron los ojos y empezó a llorar como un niño y nos dijo que le habíamos alegrado la noche. Que estaba tan triste pero que le habíamos ayudado tanto.
Fue Jesús que a través de nuestras palabras ayudo a José, le habló y sintió que aunque él ya no le quedara nada tenía todavía lo más importante que nadie le podría quitar, ese sufrimiento que era suyo.
El sufrimiento que parece ser que todos le tienen miedo y que nadie desea, ese dolor era lo que le iba a hacer de José un hombre libre un hombre que da la vida por los demás en silencio. Un héroe.
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